A cuatro años de su siembra IAEM rinde homenaje al maestro Alirio Díaz

A propósito de conmemorarse cuatro años del fallecimiento del maestro Alirio Díaz el Instituto de las Artes Escénicas y Musicales (IAEM), ha elaborado una serie de materiales en homenaje al legado del maestro que sembró en tantas generaciones de músicos, el ser universal desde la aldea nativa.

De esa siembra y esa pasión por su tierra que traspasó fronteras, María “Nena” Riera, cantante lírica venezolana, fue una de las maestras que dio su testimonio en cuanto a lo que representa el músico caroreño: “Al maestro Alirio Díaz, le debe el mundo de la guitarra clásica el haber aumentado su repertorio con la música latinoamericana en especial con música venezolana completamente desconocida para la época”

Para Ignacio Barreto, guitarrista e investigador musical fue “gracias a su espíritu de embajador musical que se posicionó el catálogo de obras para guitarra de Antonio Lauro como parte obligatoria del repertorio guitarrístico en todos los conservatorios del planeta, Alirio, fue un artista fiel y leal a sus orígenes, profesó un amor sincero a su tierra”.

Estos testimonios y vivencias musicales serán transmitidos a través de entrevistas, escritos y micros radiales, gracias a la Radio Nacional de Venezuela y Alba Ciudad, que darán muestra del amor y el respeto que Alirio Díaz sembró en tantas generaciones de músicos de Venezuela y el mundo entero.


Ser universal desde la aldea nativa

“Antes de nacer ya sabía que iba a ser guitarrista, por mi abuelo materno, Cruz María Leal. De él heredé el instrumento y, lo más importante, la sangre de músico”.

Alirio Díaz

Alirio Díaz Leal reconocido como uno de los más importantes guitarristas de Venezuela y el mundo, nació el 12 de noviembre de 1923 en el estado Lara, en un caserío cercano a la ciudad de Carora, llamado La Candelaria.

Viaja a Trujillo e inicia estudios musicales con Laudelino Mejías, quien le enseñó teoría y solfeo, clarinete y saxofón; Pedro Torres fue su primer profesor de guitarra. Para el año de 1945 viaja a Caracas referido a los maestros Vicente Emilio Sojo y Pedro Elías Gutiérrez. Gracias al maestro Sojo entra en la Escuela Superior de Música con el profesor Raúl Borges y Gutiérrez le da un puesto de quinto clarinete en la Banda Nacional.

Se graduó en 1950, un año después obtiene una beca para continuar sus estudios de perfeccionamiento en España, es entonces cuando a los 27 años ingresa al Real Conservatorio de Música de Madrid, en el Conservatorio de la Villa y Corte, bajo la dirección del maestro Regino Sanz de la Maza. Al finalizar sus estudios consiguió el primer premio, más un premio extraordinario y el premio del director del Conservatorio Francisco Sopena.

Tras algunos conciertos, se trasladó a Siena (Italia) para asistir a los cursos de verano en la Academia Chigiana, donde sigue las clases que imparte el maestro Andrés Segovia y asiste como oyente a los cursos de dirección del maestro Celibidache. Después de tanto viajar se enamora de Italia y la hace su segunda patria, allí encontró la misma luna de Carora, “¡pero sin las serenatas!” exclamó alguna vez.

Su entrega y aportes lo hicieron ciudadano honorario de Alejandría. En 1987, la OEA le otorgó el Premio Interamericano de Música. Sus aportes a la preservación de la identidad cultural venezolana resultarían ejemplares, en cada escenario donde se presentó siempre interpretó junto a clásicos europeos piezas de compositores y tradición musical de Venezuela.

Entre sus composiciones se encuentran: Recital de guitarra No.1 y 2, El Uno y Otro 1 y 2. Compuso piezas venezolanas para guitarra: Desesperanza, Cinco cantos populares, El niño malcriado, Parte cantada de un cuento. Podemos destacar Alirio y Morella: Canciones, compuestas por tonadas y aguinaldos venezolanos. El maestro de la guitarra supo siempre dejar el nombre de Venezuela y su tricolor en lo más alto del firmamento artístico mundial.

Alirio Díaz fallece el 5 de julio de 2016 en Roma a los 92 años de edad, sus restos se trasladarían a Venezuela, como fue su voluntad, donde un centenar de músicos, cultores, artistas y el pueblo lo acompañaron hasta el Cementerio Municipal de Carora.

TyF/Prensa IAEM
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