A desalambrar: En medio de la pandemia

Hoy es el día 133 desde que en Venezuela está dispuesto un Estado de Alarma, ahora hace algunos días ya que la curva que había permanecido aplanada no ha parado de crecer y comenzamos a experimentar el horror que los contagios y las víctimas fatales de la enfermedad estén mucho más cerca de nosotros.

Con el paso de las semanas la detención forzosa de muchos de los sectores de nuestra vida socioeconómica se hace cada vez más pesada y acarrea más consecuencias. Por ejemplo, si miramos el cielo, nos damos cuenta de que hace más de tres meses que la aviación civil no se encuentra activa. Como este sector, en el mundo hay tantas empresas, grandes y pequeñas detenidas que el debate se centra en cómo se va a proceder a una reactivación después de todo esto. En muchos países se habla de rescates masivos de empresas y los grupos sociales exigen que se salve a los trabajadores, que se preserve el dinero público y que se trate de otra manera la deuda externa.

Recordemos que la manera en la que los países se endeudan las leoninas condiciones que se les imponen para que paguen son la causa de los grandes daños a los sistemas sociales que ahora hemos comprobado no tienen la capacidad de auxiliar a las mayorías, ni siquiera en los que por tanto tiempo fueron considerados Estados sociales ejemplares.

En nuestro caso, todas estas opciones son mucho menores porque somos un país bloqueado, prácticamente fuera de todas las estructuras de préstamo internacional y al cual se le ha privado del acceso a sus propios medios, como lo devela principalmente la trama del Banco de Inglaterra que se niega a darle a la ONU nuestro dinero para que nos compren medicamentos e insumos para el tratamiento del Covid-19.

Mientras estas cosas pasan y nos van impactando a cada uno de los habitantes de un planeta donde todo se conecta, siguen pasando situaciones mucho más domésticas que nos convocan. Por ejemplo, esto parece ocurrir en algunos centros de trabajo donde pese a la inamovilidad decretada por el Ejecutivo Nacional parecen querer aprovechar la coyuntura para hacer despidos fuera de la legalidad.

Sin embargo, quienes conocemos las resoluciones sabemos que los trabajadores gozan de inamovilidad y que en el Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social del Trabajo hay oficinas que prestan atención permanente y también que los tribunales que reciben amparos y procedimientos de urgencia. Por lo que no pueden ser despedidos y en caso de serlo tienen una estructura a la cual acudir.

Pero no todos los trabajadores lo saben. Hace falta que se haga una importante campaña de información, así como se establezca la atención virtual o remota a los trabajadores, porque en la confusión, en el desconocer cuáles son los mecanismos seguros, gratuitos, suficientes para recuperar sus derechos, muchas personas terminan por aceptar una situación que saben injusta, lo que es una gran derrota colectiva para nosotros que aspiramos que lo humano sea el elemento a salvar en medio de todo esto que nos ocurre.

T/ Ana Cristina Bracho
@anicrisbracho