Abraham Gustín: “ Mi obra son temas sinfónicos que narran una historia”

“Mi tercer disco es más ambicioso en relación a mis dos primeras producciones, en términos del número de músicos que participan y la complejidad de la composición y de los arreglos”, recalca sin dudar Abraham Gustín, quien ya tiene en la calle 11:11 Pulso de Vida: “En este disco no solamente participo como compositor e intérprete en alguno de los temas, sino que me aventuro a trabajar por primera vez en la orquestación de uno de los temas del disco, en el que por cierto, participa el maestro Arnaldo Pizzolante”.
¿Qué diferencia este CD de los dos anteriores?
– Soy fundamentalmente un compositor que pertenece a una línea musical más vinculada con el soundtrack. Mi obra son temas sinfónicos que narran una historia y que algunas personas catalogan como World Music. Yo siento que el nivel de mi composición se ha vuelto mucho más compleja en estos últimos años. Entre Blue y 11:11 Pulso de Vida han pasado 8 años. Durante estos años regresé a la academia para cursar formalmente algunas materias fundamentales para un compositor. Tomé dos años de armonía y luego un año de orquestación con el profesor José Baroni. Sin embargo, no hay un interés de convertirse en un músico académico, sencillamente luego de hacer mis dos primeros proyectos sentí una inmensa necesidad de profundizar en la teoría musical como herramienta de composición.
 ¿Algunas influencias?
Hace mucho tiempo ya había tomado un año de armonía de jazz con el maestro Gerry Weil. De joven fui alumno en la Escuela Juan Manuel Olivares e hice estudios independientes de piano con el profesor Mario Zampieri quien se desempeñaba como pianista y  acordeonista. Sin embargo, debo confesar que mi gran escuela es más bien de un linaje casero, mi padre fue violinista y un excelente pianista popular. A él le debo lo que soy como compositor. 11:11 definitivamente es un nuevo reto a nivel compositivo y orquestal. Este disco concluye con dos temas muy ambiciosos que me acercan mucho a la música académica.

 ¿Ya tenía algunos temas listos hace tiempo o todos fueron confeccionados recientemente?
Yo estoy constantemente componiendo. Mi trabajo diario deambula entre la pintura y la composición musical. La composición fluye en mi vida y forma un binomio perfecto con mi carrera como artista plástico. De hecho, en estos momentos ya estoy componiendo para mis dos próximos discos, que están bastante adelantados.
¿Y en el caso de esta producción?
En el caso de 11:11 hubo un trabajo de composición por un período de cuatro años antes de comenzar los arreglos orquestales. La composición es un mundo mágico. A veces estoy trabajando en alguna sección de una de mis obras y poco a poco todas las partes se van ensamblando para quedar armadas en una obra completa.  Me siento al piano y al principio no estoy seguro si esa sección será la primera parte de la obra o la sección final… el tiempo y la reflexión son quienes te dan las respuestas.  Hace muchos años intentaba darle explicación a este proceso creativo, pero hoy en día cuando estoy cansado y me levanto del piano sé que mi mente sigue trabajando en las candilejas de mi cerebro para sorprenderme con nuevas ideas.
– Es amplio al componer…
Realmente mis temas son de todos los tiempos de mi vida… A pesar que aparezcan  ahora siempre tendrán algo de mi pasado y las composiciones del pasado dejan una huella indeleble que construyen algo de mi fututo. La creación es un proceso complejo y multidimensional que se aleja de una explicación racional. La composición no es lineal y a pesar que la música utiliza el tempo para su interpretación, la composición muchas veces desde el punto de vista creativo y de la génesis de la idea musical se hace completamente atemporal.
¿Siente que las redes sociales han beneficiado a los músicos a la hora de grabar?

– Soy un compositor a la antigua. Tengo mis teclados y mi computador, pero realmente yo compongo en un piano vertical que tiene en la familia alrededor de 85 años. En ese piano tocó mi abuela, estudió mi madre y sus hermanos y durante mucho tiempo quedó apagado en el silencio, hasta que mi abuela decidiera que pasara a mis manos. Un piano de la casa Pleyel, que por cierto era la casa fabricante de pianos favorita de Chopin. Yo no utilizo las redes sociales para el proceso de grabación. Cuando termino toda la obra para un disco, transcribo todo ese material a mano.. y luego es que me acerco al computador para utilizar un programa de edición musical. Esas partituras son las que comparto con mi arreglista y allí comienza el gran viaje musical que implica orquestar todo los sonidos que me vinieron a la mente durante el proceso de composición. Cada instrumento comienza a tener vida y desde el piano la obra comienza a tomar su carácter orquestal.
¿Cero redes sociales?
 En todo este proceso no existen las redes sociales. Para mi las redes sociales son solo una herramienta para difundir mi trabajo después que está listo. Todos mis discos siguen los procesos clásicos de composición, arreglos y orquestación. Y son completamente grabados con instrumentos en vivo en estudios de música profesionales.
Para su próximo proyecto musical, ¿ya tiene el concepto del mismo?
Efectivamente, mi próximo disco ya está bastante adelantado. Quiero presentar un proyecto de todos mis valses venezolanos. Algunos ya están grabados y otros están listos en términos compositivos, pero aún no han sido grabados. Es muy interesante, pues los valses venezolanos en mi proceso creativo desde el punto de vista musical han hecho una huella enorme Creo que es importante dejar ese trabajo impreso para que las orquestas puedan en algún momento interpretarlos. Me hubiera gustado que todo ese disco pudiera grabarse con orquestas completas, pero como bien sabes, el drama de los creadores siempre es el mismo… como conseguir a los patrocinantes para sufragar los gastos de estos proyecto tan grandes y ambiciosos.
Por: Eduardo Chapellín