Por Armando Carías|Abril periodismo adentro (Opinión)

Como disciplinado lector que procuro ser, me propuse para estos días volver sobre algunos de los libros que han sido escritos partiendo de los hechos de abril del año 2002.

Tres de ellos, por su acucioso sentido de la investigación y lo apasionante de su relato, motivaron la relectura de sus páginas: Del 11 al 13, de José Roberto Duque, Abril sin censura, de Germán Sánchez Otero y Abril golpe adentro, de Ernesto Villegas.

Acudiendo al género testimonial, Duque nos pone en la piel y las palabras de protagonistas que, desde diversas trincheras, vivieron y padecieron esos dramáticos episodios. Allí encontramos historias tan disímiles como la del «pistolero» que se vino desde La Victoria a rescatar al comandante Hugo Chávez, hasta la del periodista que se vio envuelto en la maraña desinformativa de RCTV.

Sánchez Otero, para las fechas en las que inspira su relato embajador de Cuba en Venezuela, nos estalla en la cara la crónica descarnada y angustiante de quienes, desde el asedio a la sede diplomática, resistían con valentía y dignidad un acoso impresentable.

Villegas hace un aporte tan minucioso en datos, documentos, horas, nombres y detalles que nos permite tejer la urdimbre de hechos, a simple vista aislados, pero que leídos en el contexto de una narración con ritmo cinematográfico, se convierten en un apasionante «reportaje histórico», como el mismo define su trabajo, merecedor de no pocos reconocimientos periodísticos y llevado al cine por José Antonio Varela.

Se trata, pues, de tres lecturas imprescindibles para quienes deseen adentrarse en esos históricos sucesos y comprobar, por cierto, como la mano peluda de la canalla mediática estuvo metida hasta el fondo en el estiércol de la manipulación comunicacional.

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