Las muertes por contagio con el virus A (H1N1) en Egipto desde diciembre pasado ascienden a 38, admitió un portavoz del Ministerio de Salud, un incremento sustancial desde la cifra anterior, que era de 25.
En el mismo lapso han sido registrados 318 casos, casi el doble con respecto a los 195 informados apenas horas atrás, después de la puesta en emergencia epidemiológica de los hospitales en la gobernación de Gharbiya, en el norte del país.
Acorde con el parte, el 80 por ciento de los fallecidos padecían otras dolencias que los hacían más vulnerables a los efectos de la infección y eran de grupos vulnerables tales como mujeres embarazadas y adultos mayores.
El Ministerio de Salud es acusado por el gremio de los galenos de opacar los reportes sobre la enfermedad y de demorar la adopción de medidas urgentes para contener el brote.
Sin embargo, la dependencia desmintió que cuatro médicos hayan fallecido por el contagio, como alega el sindicato, y aclaró que de los dos facultativos contagiados con el virus, uno está de alta y el otro se encuentra estable y bajo tratamiento en un hospital capitalino.
Asimismo anuncio que cada martes y sábado se emitirán partes sobre el curso del brote y especificó que desde diciembre pasado en Egipto se han reportado 339 mil 483 casos de influenza y mil 376 de dolencias respiratorias varias.
La víspera, los hospitales de la gobernación de Gharbiya, norte, fueron puestos en estado de emergencia debido a brotes de fiebre porcina y gripe aviar, informaron autoridades sanitarias.
Un portavoz oficial dio cuenta del fallecimiento este sábado de un paciente en el hospital de la ciudad de Tanta y el ingreso de cuatro sospechosos de estar contagiados en el hospital de Mahalla, ambas en esa gobernación.
Esta es la mayor emergencia por el virus A (H1N1) desde que en el año 2009 el Gobierno ordenó el sacrificio y destrucción de 300 mil cerdos que se empleaban para eliminar los desechos orgánicos de esta metrópolis, en la que habitan 20 millones de personas, según las estadísticas oficiales.
A pesar de ser un país donde la mayoría de la población profesa el Islam, un credo que considera haram (impura, en árabe) la carne de cerdo, existe una minoría cristiana copta que la ingiere.