La troika de acreedores de Portugal (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo) comenzó a analizar este lunes las medidas para reducir el déficit adoptadas por Portugal, país donde crecen los reclamos para que se suavicen los recortes presupuestarios.
De hecho, el presidente Anibal Cavaco Silva, pidió a los acreedores internacionales que den muestras de «sentido común» para no «comprometer» la frágil recuperación.
«Espero que la troika tenga en cuenta los sacrificios que ya se le han exigido a los portugueses», dijo.
El viceprimer ministro, Paulo Portas, pedirá a la troika que suavice el objetivo de déficit del cuatro al 4,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2014. Pero los acreedores, que tienen que dar luz verde a un nuevo crédito de 5 mil 500 millones de euros (más de siete mil millones de dólares) se mantienen por el momento inflexibles.
Asimismo, el gobierno portugués también quiere que se negocie una especie de crédito puente para después de junio de 2014, fecha oficial de la conclusión del rescate de 78 mil millones de dólares concedido en mayo de 2011.
«Portugal desea financiarse de forma autónoma y beneficiarse de un programa de precaución» que acompañe al país cuando regrese a los mercados, dijo Portas.
Si el país supera el actual examen del plan de ayuda, «se acercará al final de su programa de asistencia económica y financiera» y «supondrá el fin de un periodo de protectorado», advirtió.
El debate sobre el exceso de austeridad y la tutela financiera domina la campaña para las elecciones municipales del 29 de septiembre.
«Es molesto y humillante que un país con una historia de nueve siglos tenga que depender de los que le prestan dinero cuando está al borde del precipicio», dijo el domingo en un mitin Portas.
TRABAJADORES DESCONTENTOS
Sindicatos, patronal y oposición reclaman unánimemente que se suavicen las condiciones que conlleva el plan de ayuda.
«Portugal solo logrará salir adelante si le dan más tiempo para equilibrar las cuentas públicas. Hay que decir esto a la troika», dijo Antonio José Seguro, secretario general del Partido Socialista, principal formación de la oposición.
«Las políticas de austeridad han aumentado el déficit y generado más deuda, más desigualdades y más pobreza. Hay gente que tiene hambre», alertó Armenio Carlos, secretario general de la principal confederación sindical del país, cercana al Partido Comunista, quien exigió que se revise el «memorando» con los acreedores.
«Nos tendrán que explicar cómo vamos a pasar de un déficit del 5,5 por ciento en 2013 a un déficit del cuatro por ciento en 2014. Nunca se ha hecho una reducción tan drástica del déficit», dijo el jefe de la patronal portuguesa Antonio Saraiva.
En Portugal, hasta el inicio de clases se ha visto gravemente afectado por recortes en el sector educación. Medios locales reseñaron que en el país no solo hay escuelas sin suficientes profesores sino que a la vez miles de maestros están sin trabajo o en paro.
La discreta llegada el lunes al país de los expertos de la troika coincidió con la subida del rendimiento del bono de deuda portuguesa de diez años al 7,4 por ciento, cerca del nivel que tenía antes de la crisis política de julio.