Círculos políticos del Líbano dieron crédito este viernes a las advertencias hechas por el movimiento de resistencia Hezbollah (Partido de Dios) de que Israel planea lanzar una tercera guerra contra este país, al considerar oportuna la situación regional para desatar nuevas hostilidades.
De acuerdo con un reporte exclusivo del periódico Al Joumhouria, «(el movimiento de resistencia libanesa) Hezbollah está en estado de alerta en previsión de un ataque israelí al Líbano en cualquier momento«, el cual sería la tercera agresión sionista a este país.
Los informes apuntaron que Tel Aviv «mira la situación regional como una oportunidad para desatar las hostilidades», aprovechando el clima de inestabilidad en países como Libia, Yemen, Bahrein, Jordania y Arabia Saudita, inspirados en los alzamientos de Túnez y Egipto.
Todos esos países están inmersos en sus asuntos domésticos y crecientes preocupaciones por revueltas populares, lo que supuestamente desvía la atención a una eventual agresión al Líbano similar a las lanzadas en 2000 y en 2006.
Al Joumhouria aludió a fuentes próximas a la resistencia, liderada por el Partido de Dios, que aseguraron que las milicias están concentrando un amplio número de municiones en preparación para contrarrestar un hipotético ataque, tal como hizo hace cinco años.
El supuesto arsenal consistiría en miles de cohetes, armas modernas antiaéreas, así como misiles de largo alcance tierra-aire y tierra-mar, apuntó el rotativo recordando los efectos que tuvo para el Ejército sionista la agresión de 2006.
Según datos oficiales, en la guerra de los 33 días de julio de 2006 Israel provocó la muerte de unos mil 200 libaneses, básicamente civiles, pero se vio forzado a retirarse cuando Hezbollah le infligió 163 bajas fatales, casi la totalidad de ellas militares.
Tanto en 2000 como en 2006, la resistencia libanesa obligó a la retirada de los invasores sionistas, de ahí que en esta ocasión la agrupación islamista reiteró tener capacidad para golpear objetivos en el territorio de Israel y navíos militares.
El segundo jefe del Partido de Dios, jeque Naim Qassem, afirmó en julio de 2010 que sus milicias conocían los lugares que habría que destruir, en caso de que Tel Aviv atacara nuevamente.