En plena misa, en la iglesia de La Candelaria, en Caracas, el pasado 2 de febrero, dos sacerdotes y el personal de protocolo agredieron físicamente a la señora Virginia García Blanchart por el solo hecho de manifestarse en contra del discurso político que estaba dando el párroco Miguel Acevedo, quien entre otras expresiones clamaba libertad y llamaba a impedir la realización de las próximas elecciones presidenciales por considerarlas extemporáneas.
En nuestra redacción la señora García narró que desde hacía tiempo se había alejado de este templo porque de manera reiterada los curas allí convierten las misas en mìtines políticos, pero como era el Día de la Candelaria se animó a entrar para agradecerle a Dios que al día siguiente ella celebraría su cumpleaños 71.
“Escuchaba la misa y cuando le correspondió al cura el sermón comenzó a criticar al Gobierno, incitaba a que no participáramos en las elecciones y pedía libertad, lo cual me pareció fuera de lugar, y lo vi como una provocación sobre todo en este momento cuando estamos esperando que se firme un acuerdo de paz entre el Gobierno y la oposición”.
Contó que se acercó y le dijo al sacerdote que era falso lo que decía y que debía respetar su investidura y no valerse de su sotana para hacer política. De pronto -señaló- se me acercaron dos sacerdotes y al mismo tiempo me lanzaron hacia el piso, luego unos señores encargados del protocolo me dijeron que saliera del templo y me tomaron fuertemente por los brazos, y me aprisionaban. “Me sacaron por el ala central de la iglesia y cuando alguien se me dirigía se detenían para que me agredieran, así maltratándome los brazos me condujeron a la salida donde me sacaron con fuerza”, afirmó.
Virginia García, quien vive en la parroquia Candelaria desde hace 40 años, destacó que ella sintió indignación porque si ese cura es un ministro de Dios en la tierra no se puede amparar bajo una sotana para hacer política, “además hay personas de la oposición que no quieren la guerra y apuestan a la paz”.
Manifestó que no pensaba denunciar este abuso pero la motivó el hecho que en las redes sociales el periodista Carlos Julio Rojas dijo que una mujer chavista había agredido al párroco, y de inmediato comenzaron en instagram los comentarios: “Hay que quemarla para apartarle los demonios, hay que matarla”. Considera que esto es grave porque hay personas fanáticas y enfermas de odio y fue lo que la animó a acudir a la Dirección de Culto, a la Medicatura Forense.
“Quien resultó agredida fui yo, y no he agredido a nadie”, afirmó la señora García, quien mostró los moretones que aún permanecen en sus brazos producto de la violencia física que contra ella ejecutaron los curas y personas de protocolo. Reiteró la afectada que esto no es nuevo, “en la iglesia La Candelaria los curas incitan al odio en las homilías, y pienso que los curas no deben valerse de las sotanas para hacer política”, enfatizó.
T/ Elízabeth Pérez Madriz
F/ Roberto Gil
Caracas