Columna ‘Las Vainas son Verdes’, de Diana Ovalles Márquez | Agua para la paz (Opinión)

La sequía nos seguirá acompañando por largo tiempo, porque cada vez será más frecuente la escasez, sea por los fenómenos como El Niño, por la contaminación, o lo que se denomina el cambio climático catastrófico (CCC). En este contexto global de stress hídrico, algunos gobiernos mantienen la gestión y administración del agua como un asunto de seguridad nacional y estrategia para la guerra. Por el control del agua y las cuencas transfronterizas se establecen los “apartheid” hídricos, como un forma de exterminio seguro a las poblaciones vulnerables.

Aquí cerquita, ante nuestros propios ojos, las cifras conservadoras revelan que al menos unos 5 mil niños de la Guajira colombiana han muerto de mengua durante los últimos 8 años.  Se sabe que han fallecido por desnutrición y producto de la deshidratación despiadada, debido a la sequía de estos paisajes desérticos, con el mayor potencial eólico y solar que conozca el planeta. Pero igual, se mueren de pobreza ante la indiferencia de los gobiernos neoliberales que se han ocupado de explotar carbón, traficar combustibles y alimentos, drogas, armas y personas para la explotación sexual y trabajo esclavo.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha ordenado a Colombia la adopción de medidas cautelares para evitar esta dantesca tragedia convenientemente silenciada por la mediática global, una verdadera crisis humanitaria que al entender del presidente Juan Manuel Santos, se resuelve con una incursión armada del ejército colombiano, al que ha ordenado este martes desplegarse en la Guajira para “paliar” la sequía que causa la muerte de los indígenas wayuú. Estos seres deben caminar entre 15 y 20 kilómetros diarios para calmar su sed con agua no apta para el consumo humano. Las agencias informan que mañana personalmente supervisará estas maniobras militares disfrazadas de asistencia humanitaria.

Mientras la visión militarizada y mercantilizada del agua prevalezca sobre los derechos humanos, las transnacionales mineras y la lógica guerrerista seguirán aprovechando y desplazando la muerte y la pobreza hacia nuestro territorio.

@vainasverdes
Caracas