Ricardo Sanguino: No implica la negación de transitar fuera del país|Ajuste en cupo viajero es respaldado por unos y criticado por otros

El ajuste en el monto de asignación de divisas para viajes al exterior ha generado polémica y opiniones encontradas. Es una medida necesaria para “continuar garantizando la inversión social en el país”, aseguró el presidente Nicolás Maduro. En su programa “En contacto con Maduro, que transmite Venezolana de Televisión, expresó que hay que proteger el ingreso nacional “para entregárselo al pueblo en vivienda, en educación, en alimentos, en salud”.

Durante el primer trimestre del año 2015, mencionó el vicepresidente para el Área Económica, Rodolfo Marco Torres, el Estado desembolsó 1.800 millones de dólares por concepto de “cupo viajero”. De acuerdo con Rodrigo Cabezas, economista y vicepresidente de Asuntos Políticos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), estos recursos deben utilizarse con conciencia.

“No queremos tener una economía de especuladores, acaparadores y de gente que abre cuentas para obtener unos dólares y no importar lo que tienen que importar”, comentó en una entrevista realizada por el canal privado Venevisión, en alusión a las mafias que se han generado en torno a la entrega de dólares preferenciales.

Resaltó que la Providencia 011 lo que busca es priorizar intereses, y en ese sentido, consideró lógico que el Gobierno “priorice los alimentos y la salud para todos los venezolanos”. En su opinión, se trata de una medida “transitoria” y estimó que “al recuperarse los precios del petróleo, podría normalizarse la adjudicación de divisas para viajeros”.

¿INCONSTITUCIONAL?

Sin embargo, hay quienes se oponen a esta decisión del Ejecutivo. En declaraciones ofrecidas a la prensa, el presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores, Roberto León Parilli, manifestó que la providencia lesionaría de manera directa y flagrante los principios constitucionales como ser tratado igual ante la ley, la no discriminación y el libre tránsito.

Asegura que, con esta medida, quien no tenga tarjeta de crédito en la banca pública no tendrá derecho a viajar ni acceso a las divisas, lo cual condena por considerarlo discriminatorio. En su opinión, el derecho de la libertad de tránsito tiene límites económicos. Además, insiste en que cada vez que hay un recorte en la asignación de divisas, se violenta el principio de progresividad y de derecho establecido también en la Constitución.

El titular de la Anauco dice que la banca privada aloja más de 70% de las solicitudes y que no se justifica que sea eliminada como operador cambiario natural, ya que la misma ha demostrado en sus balances y en la supervisión y control que hace el Estado venezolano, tener mucha solidez. Incluso, León pidió al TSJ la nulidad de la medida.

LIBRE TRÁNSITO

En contraparte, el presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, Ricardo Sanguino, expresó que la norma no implica la negación del derecho a transitar libremente fuera del país. “La Constitución les garantiza a los ciudadanos y ciudadanas el libre tránsito”, aclara.

Lo que se está haciendo, refuta, “es una racionalización en la utilización de las divisas, ante una situación que todo el mundo conoce, porque todo el mundo sabe que el precio del petróleo ha bajado”. Precisa que “la idea es racionalizar las divisas para que todos tengan el mismo derecho de acceder a ellas”.

Un elemento importante que se está considerando, agrega el parlamentario, es que “los venezolanos y las venezolanas que residan en otros países y que son pensionados o jubilados, también tengan el derecho de acceder a sus divisas”. Afirma que esa opción “no aparecía en las otras resoluciones”.

JUSTA DISTRIBUCIÓN

En cuanto a la legalidad de esta decisión, el abogado constitucionalista Jesús Silva señala que la Carta Magna establece que “el Estado tiene la facultad de dirigir la economía nacional; por ello, cuando se trata de bienes o recursos vinculados a la utilidad pública e interés social, el Estado tiene potestad para ejercer su administración”.

Este criterio, aduce, es el mismo que se aplica con el carácter público y no privatizable de la industria petrolera. “Es evidente que la divisa extranjera en este caso proviene de la exportación petrolera, de modo que es parte integral de la misma industria”, ponderó.

Silva estima que entregar total o parcialmente las “petrodivisas” a la banca privada, empresas privadas o a sujetos particulares “sería una privatización indirecta de la industria petrolera venezolana”. Dicha privatización, a su juicio, “viola la Constitución y es una modalidad neoliberal solapada o encubierta de despojar al Estado de su potestad constitucional de administrar los hidrocarburos”.

Resume que las recientes políticas económicas, financieras y cambiarias “apuntan al restablecimiento del orden constitucional infringido y al saneamiento de la economía nacional en función de la justa distribución social, de la renta petrolera y de las divisas que se derivan de ella”.

VARIACIÓN DE PRECIOS

Refiere el economista Alfonso Álvarez del Vecchio que, para entender la aplicación de este tipo de medidas, lo primero que hay que tomar en cuenta es la variación de los precios del crudo. “En el primer trimestre del año 2015 ha habido una contracción de los precios del petróleo. Estuvimos por debajo de los 40 dólares, aunque ahora, de manera importante, ha habido una recuperación en los precios del crudo”, describió.

La disminución de esos precios a escala internacional, profundiza, responde a la “manera agresiva en que Estados Unidos ha estado desarrollando peligrosas formas de extracción conocidas como fracking”. A eso suma la actitud asumida por Arabia Saudita, “que no permitió acordar en la OPEP una disminución de la producción mundial para que aumentaran los precios”.

El presupuesto de la nación, añade, también está asociado con este elemento, pues fue calculado con base en un barril de crudo a 60 dólares, pero en este periodo el valor ha estado por debajo; “en consecuencia, ha habido una contracción del presupuesto”, lo que lógicamente ha inducido al Ejecutivo a realizar un reacomodo de la política cambiaria para proteger las reservas internacionales, justificó.

MOVIMIENTO MIGRATORIO

Álvarez argumenta que el control cambiario implementado desde el 2003 ha impactado positivamente en la sociedad venezolana. Comenta que desde la aparición del tipo de cambio fijo, las venezolanas y los venezolanos han podido obtener un subsidio para adquirir divisas y viajar. “Eso nos ha llevado a tener un movimiento migratorio como nunca antes lo hubo en la historia de Venezuela”, acotó.

Antes de que se comenzara a aplicar esta medida, rememora, “el movimiento migratorio por turismo emisivo, es decir, venezolanos que realizan turismo en el exterior, era insignificante, pero desde 2005 se ha incrementado con un alcance de 2 millones de venezolanos, es decir, un 7% de la población”. Ahora, contrasta, “a cualquier trabajador y trabajadora se le otorga un subsidio para las divisas que ellos pueden utilizar para viajar al exterior”, acotó. Este es un caso muy particular que, según afirma, “solo se da solo bajo un tipo de cambio controlado”.

A pesar de los ajustes que se están haciendo a partir del decreto promulgado en la Gaceta Oficial número 40.636 y la providencia 011 del Cencoex, el analista no considera que este beneficio vaya a revertirse. “Lo que hay es una disminución de esa situación, y es lógico que ocurra en un escenario de contracción de los precios del petróleo que afecta al presupuesto venezolano”, aclaró.

MANIPULACIÓN POLÍTICA

En su opinión, “la providencia ha sido manipulada políticamente, dado que se ha hecho creer a las personas que ese subsidio es un derecho automático para poder viajar al exterior y no un beneficio”.

En otros países de Latinoamérica y el Caribe, contrasta, no se implementa ese mecanismo de subsidio para viajes internacionales y nadie protesta por ello. “Son pocos los sitios donde eso existe”, insistió.

El analista recuerda que, durante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, ya hubo una manipulación respecto a las políticas cambiarias. “Cuando derrocan brevemente al presidente Hugo Chávez, quien fue constitucionalmente electo, el aparato mundial hizo creer que había una mejora en el tipo de cambio”, fustigó.

En este momento, de acuerdo con sus apreciaciones, Venezuela sigue estando amenazada por el mismo “golpe suave” que se ha mantenido por muchos años. “No tengo la menor duda de que se trata de una manipulación política, sobre todo en este momento, cuando estamos cerca de las elecciones parlamentarias”, sentenció.

El economista aseguró que entre 2011 y 2013 el Estado les otorgó divisas a más de 5.561 empresas productivas por 51,5 millones de dólares, y de esas empresas, poco menos de 600, es decir, 11%, recibieron 80% de los recursos.

Entre ese grupo, complementa, solo tres transnacionales -General Motors, Ford y Cargill- recibieron 3,7% de los dólares asignados. Además, recordó que durante ese mismo periodo hubo empresas de maletín que recibieron alrededor de 25 millardos de dólares, tal y como lo señalara el exministro de Finanzas Jorge Giordani.

Estas cifras, según el economista y profesor universitario, dan cuenta de que las divisas que se dan para viajes al exterior “no representan un monto significativo con respecto a lo que se le otorga a las empresas importadoras de bienes y servicios que operan en el país”. Sin embargo, reitera que “como hay una contracción del precio del petróleo, eso tiene que ser ajustado”.

¿LA CLAVE?: PRODUCIR

La situación actual del país, de acuerdo con el especialista, debe servir para entender que Venezuela tiene que empezar a producir e ir superando su dependencia del rentismo petrolero. “Definitivamente, el aparato productivo nacional tiene que desarrollarse”, asiente.

Dijo que aunque el monto destinado a viajes al exterior por turismo internacional no es significativo con respecto al que se destina a las empresas, “el subsidio debe ir disminuyendo paulatinamente en la medida en que empecemos a producir bienes y servicios y a aumentar el valor agregado a las mercancías”.

Habiendo alcanzado esto, avizora que las venezolanas y los venezolanos podrán acudir directamente al sistema de banda libre para adquirir los dólares que necesiten y puedan realizar sus viajes al exterior. Sin embargo, asegura que “los beneficios a la población son mecanismos fundamentales para la inclusión y garantizan la igualdad de oportunidad, como puntos centrales del proceso bolivariano».

PAÑITOS DE AGUA CALIENTE

Para el analista financiero Henkel García, director de Econométrica, la providencia 011 del Cencoex “es un pañito de agua caliente que no va a solucionar estructuralmente el problema de las divisas”. Afirma que lo que el Estado estaba liquidando para viajes al exterior y compras electrónicas, se ubica entre 2 mil y 3 mil millones de dólares; por ello no considera que esa asignación de recursos cause mayores desbalances económicos.

“A lo que hay que meterle el ojo es a lo que pasa con las divisas a 6,3 que se entregan tanto para importaciones públicas como privadas, y ahora más a las importaciones públicas, porque estas son más del 50% de las importaciones totales”, enfatizó.

Si bien es cierto que los viajes al exterior, principalmente por turismo, no son una prioridad, hay casos extremos que si pueden ser preponderantes, señala el director de la firma Econométrica. “Una persona que tenga un abuelo o su papá en España y requiera visitarlo porque se enfermó de urgencia, necesita viajar. Este es solo un ejemplo, pero puedo mencionar muchísimos más”, apuntó. Aunque admite no estar de acuerdo con el subsidio, insiste en que el Estado debe garantizar la libre accesibilidad a las divisas.

INEFICIENCIA CAMBIARIA

Para García es normal que el gobierno tome medidas para enfrentar la caída de divisas. Asegura que Venezuela está percibiendo la mitad de los dólares que percibía el año pasado -que no fue un año holgado- por la explotación petrolera, y aunque se está tratando de hacer rendir las divisas, a su parecer, el sistema cambiario que tenemos no permitirá que eso se concrete.

“Tenemos un régimen cambiario ineficiente, que es muy parecido al de 2014, con un dólar preferencial a 6,3 bolívares, una tasa Sicad que todavía no ha tenido la primera subasta, y un Simadi que es muy parecido al Sicad II. ¿Si el de 2014 no funcionó con un barril a 90, cómo va a funcionar el de 2015 con el barril de petróleo a 50?”, criticó.

Frente a ese escenario, manifiesta que “lo económicamente correcto sería devaluar y ajustar el dólar a un valor mucho más sensato”. Sin embargo, estima que eso no es suficiente: “Mientras haya un dólar a un precio, y otro dólar a otro precio, va a haber prácticas como el bachaqueo y la venta de los cupos”.

Recordó que en economía existe la ley de un solo precio, la cual plantea que un mismo activo no puede tener dos precios en diferentes mercados. “Cuando eso ocurre, la gente, aunque sepa que no lo debe hacer, lo compra en el precio más barato y lo vende al más caro. Técnicamente, eso se llama oportunidad de arbitraje”, asintió.

DESMONTAR LOS CONTROLES

De acuerdo con el especialista, “lo mejor sería desmontar los controles existentes”. Señala que habiendo logrado esto, lo siguiente es establecer un tipo de cambio que sea lo más bajo posible para que no haya tanto impacto. “Una vez que se tenga un tipo de cambio libre y de equilibrio, ya no va a haber escasez, sobrefacturación, ni mecanismos de corrupción en el sistema cambiario. También se eliminaría el contrabando”, analizó.

Para contrarrestar el efecto que seguramente se generaría en los precios, añade el director de Econométrica, el gobierno tendría que “aplicar un plan de ayuda en los sectores más vulnerables”, a través de un mecanismo denominado subsidio a la demanda, el cual considera “mucho más eficiente” que los que se implementan en la actualidad.

“Se pueden dar tiques de alimentación, o tiques de salud, directamente, y la gente los utiliza en cadenas del Estado o en cadenas privadas. Ese efecto va a estar aliviado con esta ayuda que sería temporal, mientras se crea el espacio para que el poder de compra del salario se recupere”, sugirió.

Afirma que cuando se ajusta el tipo de cambio, la inflación siempre va a tener un pico, pero según la experiencia que se ha tenido, aduce, después esta va cediendo. “Cuando se desmontó el último control de cambio -en el año 96- la inflación fue de 103%, pero cinco años después -en el 2001- con Chávez gobernando, sin control de cambios y sin control de precios, la inflación fue de 12%”, ejemplificó.

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T/ Héctor Escalante
F/ Héctor Lozano y Jonathan Manzano

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