El presidente de Siria, Bashar al-Asad, se ha entrevistado este miércoles con el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Siria, Staffan de Mistura, en la capitalina ciudad de Damasco, donde han abordado la crisis siria.
Durante el encuentro, ambas partes han tratado los pormenores del plan de De Mistura para el alto el fuego en Alepo (noroeste de Siria), uno de los principales focos de combate entre el Ejército sirio y un amplio abanico de grupos armados opositores, así como bandas terroristas como el Estado Islamico.
Desde octubre, De Mistura ha intentado impulsar iniciativas específicas para que la población de algunas de las zonas asediadas por el conflicto pueda recibir un alivio temporal.
Al-Asad ha reiterado el interés de Siria a la hora de apoyar cualquier iniciativa o idea que contribuya a solventar la crisis preservando la vida de los civiles y las instituciones estatales.
Asimismo, ha insistido en la necesidad de presionar a todos los países para que apliquen las resoluciones 2170 y 2178 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (CSNU) a fin de detener la financiación y el flujo de los terroristas a Siria.
De Mistura, a su vez, ha expresado su esperanza de que todas las partes cooperen para apoyar su propuesta encaminada a restaurar la seguridad en la ciudad de Alepo y que esto se convierte en un punto de partida para el restablecimiento de la seguridad y la estabilidad en todo el territorio sirio.
En otra reunión mantenida por separado con el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al-Moalem, De Mistura, también, ha discutido el plan de alto el fuego en Alepo.
El enviado especial de la ONU para Siria, viajó el lunes a Damasco, capital siria, para analizar la situación actual en este país con las autoridades.
El llamado Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó el lunes que tras duras derrotas infligidas por las fuerzas sirias y kurdas, el grupo terrorista EIIL está en busca de una retirada completa de la ciudad de Alepo.
Desde marzo de 2011, Siria es escenario de sangrientos conflictos armados provocados por mercenarios procedentes de varios países del mundo que reciben el apoyo de Occidente y sus aliados regionales para derrocar al Gobierno legítimo de Damasco.