Las autoridades de Alemania advirtieron este domingo que “se encuentran al límite de su capacidad para recibir a los refugiados”, luego de que unos 13 mil 015 refugiados llegaron el sábado a Múnich. Se espera la llegada de otros mil 400, sólo a esa ciudad ubicada al sureste de la nación europea.
Ante la mayor crisis de refugiados, después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Europea (UE) prepara una reunión de urgencia este lunes en Bruselas para atender el tema.
Mientras tanto, continúan llegando a Alemania y a otras naciones de ese continente personas que huyen de conflictos armados en sus países de origen, provocados la mayoría de las veces por las grandes potencias de Occidente, en su afán histórico de dominación mundial, por colonizar los recursos energéticos.
Alemania no asume responsabilidad ni sensibilidad alguna. El ministro federal de Transporte, Alexander Dobrindt, aseguró que “son necesarias medidas efectivas ahora para frenar el flujo».
Con tal de evitar la llegada de más refugiados a la nación, el funcionario propuso “ayudar a los países de tránsito y también un control efectivo de nuestras fronteras, que ya no funciona, dado el fracaso completo de la UE por proteger sus zonas limítrofes externas (frontera entre Turquía y Grecia por donde cruzan los refugiados)».
Esta propuesta del cierre de las fronteras fue reiterada por la primer ministra de Exteriores de Alemania, Ángela Merkel, quien pidió este sábado a Grecia que haga más esfuerzos para proteger las fronteras externas de la EU y así disminuir la entrada de refugiados.
CUOTA DE REFUGIADOS EN EUROPA
La propuesta de la UE de establecer una cuota de refugiados para las naciones europeas no ha sido bien acogida por los miembros del Este del continente europeo.
En Hungría, luego de registrar la llegada de 4 mil 330 refugiados este sábado, están construyendo una valla en su frontera con Serbia que impida el paso a las personas que salen de ese país, además, este martes entrará en vigor una ley que contempla que cualquier persona que cruce la frontera de forma irregular, podrá ser deportado e incluso encarcelado.
En rechazo a medidas como las de Hungría, se pronunció la canciller de Austria, Werner Faymann, quien comparó el trato hacia los refugiados con el periodo nazi.
«Encerrar amontonados a los refugiados en los trenes con la esperanza de que se vayan muy lejos despierta el recuerdo del periodo más sombrío de nuestro continente», repudió Faymann.
También en las calles de Londres se realizaron este sábado concentraciones de decenas de miles de personas con pancartas en las que se leía mensajes como «La vida de los refugiados importa». Entretanto, en el Este del continente, otras protestas se reunieron en rechazo a los refugiados y pedían que «se fueran a casa».