El Gobierno alemán contemplan recurrir a aviones militares de carga para acelerar las expulsiones de inmigrantes irregulares sin derecho a asilo del país, como una de las medidas que estudia la nación.
El Consejo de Ministros estudió este miércoles en Berlín el programa y la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, explicó que no se descarta la opción de emplear aviones militares de transporte tipo «Transall» para llevar a cabo las expulsiones cuando los vuelos civiles estén saturados.
En todo caso, señaló, primero se recurriría a los aviones destinados al transporte de tropas, siempre que no se vean afectadas las misiones militares en marcha.
Agilizar la expulsión del país de los extranjeros a los que se rechaza la solicitud de asilo es uno de los objetivos que se ha marcado el Gobierno de Angela Merkel ante la saturación que sufren los centros de acogida por la llegada masiva de refugiados.
Las autoridades de Turingia y de Schleswig-Holstein, los dos estados federados que el año pasado suspendieron las expulsiones durante el invierno por razonas humanitarias, han indicado que este ejercicio seguirán adelante con las deportaciones, aunque han asegurado que analizarán cada caso particular.
El Gobierno alemán estudia además cómo resolver otro de los grandes problemas ligados a las devoluciones, el reconocimiento por parte de los países de origen de aquellos inmigrantes irregulares que no tienen documentación.
Berlín estudia para salvar este escollo la introducción de un salvoconducto europeo, que facilite el tránsito, aunque aún no se ha aclarado si los países de origen reconocerán también esos documentos.
Alemania espera este año al menos 800.000 peticionarios de asilo, una cifra récord que podría incluso ser mayor, porque el Gobierno federal ha decidido dejar de publicar sus previsiones para no dar alicientes a las mafias.