Alfonso López Chollett: “Hay generación de relevo en la Orquesta Sinfónica de Venezuela”

“La Orquesta Sinfónica de Venezuela (OSV), que tiene 92 años de fundada, está integrada por mucha gente joven. Hay un relevo generacional, por tanto, nosotros los de una generación anterior, estamos tratando de preservar la memoria de nuestros antepasados en la orquesta y transmitimos un sentido de pertenencia y memoria de la institución”, señaló Alfonso López Chollett, quien el viernes 1, sábado 2 y domingo 3 de julio dirigirá a esta institución musical, que participará en la obra teatral César y Cleopatra, que montarán en el Teresa Carreño de Caracas.

– ¿En qué se inspiró para crear la partitura incidental para esta obra?

-La fuente de inspiración principal es el mismo texto de la obra de Shaw. El productor y traductor del texto, José Tomás Angola, delineó unas pautas para la participación de los momentos musicales. Luego, yo decidí la orquestación que incluye cuerdas, vientos, metales y percusión. Tenía que conseguir un sonido exótico que evocara al pasado y la región geográfica donde se desarrolla la historia. Mis influencias musicales son las que me acompañan día a día en mi actividad como músico sinfónico, director y violinista. Quizá el público sentirá algo de atmósfera cinematográfica, minimalismo, romanticismo y contemporaneidad.

– ¿Primera vez que mezcla lo clásico con lo electrónico?

– Esta es la primera vez que la OSV toca una partitura donde se hace uso de la electrónica. De hecho, a veces se requiere de Miguel Ángel Noya como un DJ y se escuchan «loops» creando capas de ritmos para acompañar a los cambios de escena. Yo decidí dónde debía intervenir la electrónica notando un pentagrama con información específica. Se escucharán efectos especiales, ondas martenot, sonidos sub bajos, liras, etc. Por momentos, Noya tiene libertad para crear atmósferas y por tanto tendrá la posibilidad de improvisar sobre la marcha.

– ¿Desde cuándo surgió esa inquietud por componer?

– Yo compongo desde que tenía ocho años. Desde niño me gustaba crear partituras y dejaba todo en manuscrito. Cuando estaba en sexto grado escribía piezas para tocarlas con mis amigos de la música en el Colegio Emil Friedman. Luego en bachillerato escribí cuartetos para cuerda con la que creé mi portafolio, los que me permitieron ingresar a los estudios de composición en la Universidad de Michigan. La OSV ha tocado varias veces mis obras sinfónicas que incluyen los títulos Caribe Piraña, Tumbao y bailao y Barroco y brincón. Mis composiciones han sido tocadas en Rusia, México, Honduras, EEUU, Alemania, Cuba, etc.

– La OSV va hacia su siglo de fundada, ¿cómo los afectó la pandemia?

– La pandemia golpeó muy duro a todas las artes escénicas en el mundo. Nosotros hemos tratado de levantar a la OSV desde conciertos de música de cámara hasta repertorios muy exigentes, como el que ejecutamos en el ballet Siempre Nebrada (Guía Orquestal de Britten). Seguimos trabajando para que la OSV fortalezca a los más jóvenes y sean ellos los que puedan continuar con el legado casi centenario de la institución sinfónica de más larga trayectoria ininterrumpida del país. Por ejemplo, este jueves 30 de junio, tocará en el Centro de Acción Social por la Música por primera vez bajo la batuta de Christian Vásquez y con la participación del pianista Kristhyan Benítez.

T/Eduardo Chapellín
F/ Archivo CO