Por Elías Eljuri|Alimentación de calidad (Opinión)

Entre los logros más relevantes del proceso bolivariano hay que destacar la erradicación del hambre en Venezuela, razón por la cual nuestro país fue reconocido por la FAO, por lo cual voceros -académicos y opinadores del oposicionismo protestaron- en vez de compartir ese reconocimiento.

Ha sido un principio, desde el año 1999, que lo fundamental es la satisfacción de las necesidades de la población, entre ellas, la alimentación es considerada clave.

El estudio realizado por el INE sobre el consumo de los venezolanos revela que 94,6% come tres y más veces al día.

La dieta promedio del venezolano significa una ingesta equivalente a 2.285 kilocalorías, que corresponden a 99% de los requerimientos necesarios.

Los mayores aportes de nutrientes provienen de los cereales, carnes y lácteos, como los mayores suministradores de los micronutrientes proteínas, hierro y calcio.

La población desde el punto de vista percápita consume actualmente carne bovina y de pollo en una magnitud que duplica el consumo existente antes de 1999.

Los estratos pobres tienen un consumo importante de carnes, pescado, huevos, leche y productos lácteos, el cual alcanza a 86% del consumo promedio percápita de los estratos ricos.

Tienen un consumo percápita parecido en aceite y grasas visibles (99,1%) de los estratos ricos.

Los resultados anteriores han sido posibles por la inversión social durante el Gobierno Bolivariano, que alcanza a 551.639 millones de dólares, que representa 62,5 de los ingresos percibidos.

Ello ha permitido ejecutar la estrategia de seguridad alimentaria del Gobierno Bolivariano, con la Misión Alimentación, que comprende a Mercal que vende a precios subsidiados hasta en un 80% , Pdval, Abastos Bicentenario que vende a precios regulados y las Casas de Alimentación y el Programa de Alimentación Escolar, donde se suministra la alimentación como un bien público.