Piense en turismo. Seguramente le vendrán imágenes de playas, hoteles, viajes en avión, paseos en lancha o cruceros por el Caribe. Eso es lo que nos han vendido las compañías como “la forma más exuberante de hacer turismo”.
Con sus publicidades de “placer, lujo y confort”, las empresas transnacionales han promovido el “subdesarrollo turístico” en Venezuela y la mayoría de los países latinoamericanos, muy atractivos para los visitantes por su diversidad de paisajes y clima tropical. Según el modelo de la industria turística, el entretenimiento también es un negocio rentable, pero del que pocos pueden disfrutar.
“El subdesarrollo turístico se caracteriza por la instalación de cadenas internacionales, desinversión en transporte terrestre, transnacionalización del transporte aéreo, concentración de la actividad, depredación del patrimonio, empleos flexibilizados y comunidades ajenas a la riqueza turística”, explicó Julián Kopecek, director de la carrera de Turismo de la Universidad Nacional de Lanús (UNL) de Argentina y Coordinador General de la Unidad Bicentenarios de la Secretaría de Cultura de esa nación.
“El turismo industrial es una actividad totalmente globalizada e independiente de la situación socioeconómica de las poblaciones. A la mayoría de nuestros países sólo le interesa emitir-importar-pasajeros”, precisa Jorge Defino, profesor de la UNL.
Aracelis Pérez, socióloga y servidora de la Dirección de Turismo del estado Sucre, señala que lo opuesto al turismo capitalista es el turismo sustentable como una vertiente turística humana y social, donde se considera a la comunidad como protagonista y generadora de un turismo sostenible.
“Desde el mismo momento en que las comunidades se dan cuenta de su rol dentro de un proceso, ellas se van a ir incorporando, lo cual garantiza la consolidación del proyecto”, especificó.
“Era un turismo que se estaba desarrollando en manos de pocas personas, precisamente de los grandes consorcios hoteleros”, dijo y agregó que, en cambio, el turismo sustentable es humano, porque es la comunidad de forma espontánea quien protege y presenta su cultura como un patrimonio. “Necesitamos que de alguna u otra forma nuestras comunidades sepan qué es el turismo y de qué forma pueden participar en él”.
TURISMO ENDÓGENO: LAS COMUNIDADES COMO PROTAGONISTAS
“La idea central en torno al desarrollo endógeno turístico tiene que ver con romper con aquella visión que reduce el turismo a una mera actividad económica y que en cambio pone en el centro al hombre y a la comunidad local”, afirma Kopecek.
En entrevista exclusiva para el Correo del Orinoco, Kopecek señaló que la visión del turismo endógeno sólo es posible si existe una visión similar de desarrollo para el resto de las actividades de una sociedad.
Se puede hablar de turismo endógeno cuando la producción de la riqueza queda en la comunidad, cuando se toma en cuenta la decisión comunitaria para el desarrollo de la actividad y se crean mecanismos de control local.
Así el turismo endógeno implica primero un proceso “para sí”, explica el especialista argentino, en el cual la comunidad local se reafirma en un sistema de valores comunes y una identidad colectiva local, como también en una relación equilibrada con su entorno.
Kopecek señala que además de la organización y la participación comunitaria como herramientas para promover el desarrollo endógeno, está la planificación en colectivo de los protagonistas locales.
Lo anteriormente mencionado es “un elemento que las comunidades deben consolidar, porque la visión individualista heredada del neoliberalismo defiende el espontaneísmo y la iniciativa individual desconcentrada y en franca competencia”, precisa el profesor argentino.
Al respecto expresó que “la acción planificada permite generar visión y objetivos comunes, por ende facilita potenciar las acciones complementarias y solidarias que optimizan los recursos de todo tipo existentes en una comunidad. Sin la apropiación de los actores intervinientes es imposible que se genere la sinergia para el desarrollo”.
Kopecek también destaca como herramienta para la promoción del desarrollo endógeno en materia turística la formación, “porque las visiones capitalistas de mercado cuestionan el enfoque de desarrollo endógeno por ‘deficiente en términos de calidad y eficiencia’, y si bien estas visiones analizan el problema desde paradigmas diferentes, es necesario fortalecer los aspectos relacionados a estándares de calidad”.
PLANIFICAR PARA LA LIBERACIÓN
El profesor Jorge Defino coincide con Kopecek en que la planificación es necesaria para que las comunidades puedan ejercer acciones en su entorno inmediato así como participar en la toma de decisiones.
Se trata de que los gobiernos no sigan pensando por la gente, sino con la gente. En ese sentido, advierte que “muchos siguen con la vieja planificación racional-cibernética-recetaria o la mercadológica, donde sólo manda el mercado”.
Defino precisó que organizándose y decidiendo por una planificación estratégica-participativa que comience por la cultura y escuche la voz de la comunidad como sujeto de esa planificación, el turista queda como referente.
“Ese proceso debe llevar a una revalorización de la cultura local y como consecuencia a reforzar la identidad local, único instrumento que tienen los países y las comunidades para defenderse de la globalización”.
“Cuando existen políticas y estrategias de desarrollo endógeno, los turistas aportan a ese desarrollo, pues en los casos de no existir, el turista agrega más exclusión a una actividad que tiende a aislarse de las comunidades locales y se concentra sobre los recursos y los servicios exclusivos preparados por y para la industria de viajes”.