Al tiempo de celebrar 62 años de la declaración del Araguaney como árbol nacional de Venezuela, el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, a través de la Misión Árbol, ha logrado reforestar 22 mil 764 hectáreas en todo el territorio nacional.
El viceministro de Conservación Ambiental del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (Minamb), Jesús Alexander Cegarra, indicó que de acuerdo con la última estadística del año 2009, en Venezuela se plantaron 22 mil 764 hectáreas, de las cuales el 65% son plantaciones con fines protectoras, lo que representa unas 14 mil 735 hectáreas en donde se sembraron 10 millones 598 mil 824 plantas en cuencas altas.
Por otra parte el 33% de la superficie total son plantaciones agroforestales, de las cuales se tienen ocho millones de plantas sembradas y el resto son con fines comerciales y ornamentales, explicó Cegarra.
A juicio del Viceministro, el operativo de reforestación es de suma importancia “ya que esas plantaciones son sumideros de dióxido de carbono; son utilizadas como refugio de la fauna silvestre; contribuye a mejorar el paisajismo además de tener un impacto importante en lo que es la regularización del régimen hidrológico de las pequeñas cuencas” señaló.
“Uno de los principales papeles de las actividades que se desarrollan con la Misión Árbol tiene que ver con la recuperación de las cuencas hidrológicas del país, las cuales son puntos desde los cuales nacen muchos ríos; además son fuentes de producción de agua para el riego, consumo humano y para el desarrollo de actividades industriales e incluso para la generación de la energía hidroeléctrica”, concluyó.
EL ARAGUANEY COMO ÁRBOL NACIONAL
Un 29 de mayo de 1945, fue declarado oficialmente como árbol nacional por parte del Gobierno Nacional el Araguaney (Tabebui Chrysanta), la medida es un reconocimiento a los primeros pobladores de la ciudad de Caracas, Indios Caribes que le llamaban «Aravanei», nombre registrado por primera vez en 1660, cuando al Sur de Píritu se fundó la población de San Miguel de Araveneyenan
Aunque en los primeros meses del año toma aspecto de la calcinación por la fuerza de los rayos solares cuando de sus ramas brotan las características flores amarillas, el árbol es muy apropiado para embellecer jardines, parques, calles y avenidas, El Araguaney se reproduce fácilmente por semilla; presenta crecimiento lento, pero tiene una larga existencia. Se desarrolla espontáneamente en tierras cuya altura oscile entre 400 y 1300 m sobre el nivel del mar y alcanza desde 6 hasta 12 m de altura.