La “nueva” Asamblea Nacional (AN) llegó envejecida a sus dos primeros meses de inacción.
Se instaló el 5 de enero y parece que hubiera transcurrido un siglo.
A su mayoría circunstancial se le va el tiempo explicando que no prometieron acabar con las colas y desmintiendo sus propias promesas.
El discurso de sus oradores es uniforme y repetitivo: la defensa de un modelo neoliberal que estalló hace 27 años.
Pocas instituciones alcanzan un 60% de crítica negativa en apenas 60 días.
Cae un punto diario.