Actriz, profesora, directora y una amante del teatro antes que todo, Andrea Levada Urdaneta es de quienes se sumerge en cada proyecto que realiza con pasión. Prueba de ello es que participará en el VI Festival de Jóvenes Directores 2020 con la pieza La Última Actuación de Sarah Bernhardt, original del venezolano Néstor Caballero, y que se podrá apreciar en la Sala Plural del Trasnocho de Caracas.
Como está en competencia, la pieza tendrá solo dos semanas en cartelera. Desde el 31 de enero al 9 de febrero, los viernes a las 7:30 pm; mientras sábados a las 7:00 pm y domingo a las 6:30 pm. Actúan Jeska Lee Ruiz y Grecia Augusta Rodríguez con la producción de Miguel Ángel Moreno; iluminación, Juan Izquierdo; vestuario, Daniella Ziade; maquillaje, David Morales; música, la misma Levada; asistencia general, Deborah Urgelles; y diseño gráfico, Carlos Quero.
-¿Por qué esta pieza y no otra?
Elegí La Última Actuación de Sarah Bernhardt, porque es una pieza muy completa en donde, al leer el texto, puedes plantearte diferentes maneras de manejar el tema central de la obra. Trata conflictos familiares no resueltos desde la niñez y considero que llevarle una cruda verdad al público es un reto de principio a fin. Me encanta el romance y las comedias, pero considero que en este momento deseo expresar algo más allá que lo que estamos acostumbrados a encarar. Creo que el teatro en el último tiempo ha sido un poco distorsionado para llevarle al público algo «ligero», ya que lo que más quieren es distraerse, así que con lo subjetivo que es el arte, puede gustar o no gustar, pero estoy segura de que nadie quedará indiferente a lo que sucede con esta obra.
-¿Dirigir te plantea un reto como artista?
-Completamente. La dirección es uno de los eslabones más difíciles de cualquier rama artística. Querer dibujar un concepto a través de un elenco y descifrar de qué manera no, hace cuesta arriba la situación, entendiendo los conflictos del entorno, pero no dejando de lado los propios en cuanto a caprichos. Es un reto, así como también desear transmitir de forma correcta cada uno de los otros aspectos como la esencia visual, la música y la iluminación.
-¿Ser actriz es favorable o no a la hora de dirigir a otros histriones?
-Sí lo es. Considero que hay mucha diferencia entre un director que ha sido actor y uno que no, ya que muchas veces la mejor manera de explicarle a un actor lo que se requiere, es colocándose en su lugar. También es entender el desencadenamiento del proceso que está ocurriendo para ellos, porque no todos se comportan de la misma manera. Considero además que, antes de trabajar con un actor, hay que conocerlo. Es muy importante el trato personal que exista porque a medida que lo conoces más, resulta más sencillo guiarlo.
-¿Te gustaría algún día incursionar en la escritura teatral?
-Es una de mis mayores pasiones. Actualmente en el Grupo Teatral Fábula, soy docente, y he tenido la dicha de escribir piezas infantiles para los alumnos, las cuales me llenan de felicidad cada vez que las veo realizadas. A largo plazo me encantaría desarrollar una dramaturgia más profunda y con una estructura cada vez más precisa, llevando al lector a un análisis complejo.
-¿Sientes que existe nuevo talento en las tablas venezolanas?
-Por completo. Creo que durante años ha sido difícil para los jóvenes escudriñar en el teatro venezolano, ya que las escuelas encargadas son cada vez menos y son muy pocas las personas realmente estudiadas las que quieren o pueden enseñar. Considero que somos una generación con un cúmulo de información y que existe un cambio del teatro de hace años con el actual, pero eso no cambia que queramos transmitir grandes ideales y que, gracias a oportunidades como el Festival de Jóvenes Directores, podemos hacerlo.
-Agrega el comentario que mejor te parezca.
-Es importante no dejar que los telones se cierren y confiar en que la nueva generación de cambio está trabajando para llevarle la cultura a un país que tanto lo necesita. En vez de sectarizarnos debemos unirnos más que nunca.