Hace 55 años|Andrés Eloy Blanco regresó para recibir sepultura en Caracas

Quince días después de morir arrollado por un vehículo en México, el poeta Andrés Eloy Blanco regresó a su patria. Para ese entonces, 6 de junio de 1955, el autor de Las doce uvas del tiempo era un símbolo de la resistencia contra la opresión perezjimenista. El régimen lo sabía y vigiló celosamente el sepelio.

Carismático orador, valiente luchador, este combativo cumanés retrató los horrores del gomecismo en poemas como “La recluta”, que -según los relatos de las abuelas- la gente se aprendía de memoria y declamaba en voz baja dentro de sus casas. Pero también había quienes tomaban sus versos como refranes y los soltaban en medio de sus pláticas: “te va a quedar el corazón como capilla sin santo”, “mira que no hay angelitos negros”, “tú estás como la Loca Luz Caraballo”. Esa era una manera de desafiar el silencio que la tiranía imponía.

Esa capacidad de apropiarse de las palabras de la gente y devolvérselas transformada en poesía de denuncia, de amor y de esperanza, le dio concreción al que fue su proyectos político más sentido: Liberar espiritualmente al pueblo, como lo proclamó el 1° de febrero de 1936, en un acto en el castillo de Puerto Cabello, centro de torturas del gomecismo:

“Hemos echado al mar los grillos de los pies. Ahora vayamos a las escuelas a quitarle a nuestro pueblo los grillos de la cabeza. Maldito el hombre que intente fabricarlos de nuevo y poner una argolla en la carne de un hijo de Venezuela”.

Texto/Carlos Ortiz
Foto/Cortesía

¡Qué ironía, que el partido Acción Democrática no tenga en sus filas, al menos un espiritu con la gallardía
de Andrés Eloy; ni siquiera un descendiente con la herencia política y moral de este enorme venezolano¡.