Ángel Ricardo Gómez: “Me gustan los personajes que me seduzcan”

El intérprete comparte el escenario con experimentados del teatro

Participa en Trozo de ganso, pieza de humor negro y con muchas sorpresas, dirigida por Juan José Martín

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Como periodista, su pluma en el área cultural es de primera. Como cantante, ha respondido y sin desentonar con Vasallos de Venezuela y Piso1. Sin embargo, como actor novel se tenían grandes dudas; pero Ángel Ricardo Gómez, en su personaje de Víktor, en Trozo de ganso, no desluce por nada ante los experimentados de la actuación: Claudia Nieto, Rafael Gil, Gladys Seco y Adolfo Nittoli. En general, esta pieza seduce por su temática de ese fingir lo que no se es, aparte de criticar el oportunismo.

Trozo de ganso es una pieza de humor negro y con muchas sorpresas, original del alemán Martin Heckmanns y dirigida por Juan José Martín, ganador del premio de la crítica (Avencrit) como mejor director 2016, quien además es una persona a la que le encanta subir cada vez más la varilla de los retos a la hora de montar cada pieza, sea infantil o para adultos. La presentan en el Espacio Plural de Trasnocho Cultural, en Las Mercedes, con funciones los viernes a las 7:30 pm y los sábados y los domingos a las 7:00 pm.

La sinopsis habla sobre una pareja que invita a cenar a su casa a un par de desconocidos porque cree que puede sacar algún provecho de ello. Y de esta cotidiana escena surge la hilarante historia sobre el miedo y los prejuicios sociales. La pieza pone sobre la mesa literalmente ese trozo de ganso, como la metáfora de la felicidad y confort que todos perseguimos sin fijarnos demasiado en lo que sucede alrededor, usando como punto de partida un comentario sobre las olas migratorias.

El texto trata principalmente sobre los estereotipos y los miedos, sobre cómo nos relacionamos con los otros en virtud de su aspecto y, sobre todo, cómo a un extraño se le maltrata si solo viene a pedir ayuda, mientras que a otro se le acoge si eso puede reportar algún beneficio (trabajo, seguridad, dinero). La obra se planta ante la premisa de que “la felicidad” o “el trozo de ganso” no alcanza para todos, así que hay que pelear a dentelladas cada parte y procurar que otro no se lleve lo que, supuestamente, le corresponde por derecho.

La obra es una producción de Teatro de la Noche y el Goethe Institut-Caracas, con la producción ejecutiva de Kumaco Producciones. El vestuario es de Axel Valdivieso, la iluminación de Gerónimo Reyes y la asistencia de dirección de Fernando Garantón. En la escenografía y dirección general está Juan José Martín.

La obra es para quienes deseen reírse, pero también sorprenderse con el giro de esta historia.

-Esa vena de actuar, ¿data de hace mucho tiempo?

-Sí. El teatro siempre ha estado rondándome, pero racionalmente lo había evadido con distintas excusas. La primera vez que actué fue en primaria en un concurso intercolegial, y recuerdo que fue mágica la experiencia. ¡Ganamos y todo! En la Universidad Católica Andrés Bello me pasee por el grupo de Narracuentos UCAB, de la mano de Armando Quintero. Luego, mi trabajo como periodista en El Universal por 10 años me permitió estar otra vez muy cerca del teatro y sus hacedores. Por otro lado, descubrir y hacer doblaje de voces también ha significado un acercamiento a mi lado histriónico, a esa vena de actuar, como tú la llamas. Un día, acompañé a mi hija a una audición para Anita, la huerfanita, el musical. Me animé a audicionar para cantar y resulta que quedé seleccionado, pero ¡como actor!, con muy pocas líneas como cantante en realidad. Bajo la conducción de Orlando Arocha, interpreté a Drake, el mayordomo de Warbucks, en 2012, que tenía un color especial en esa puesta en escena.

-Pero tu papel es exigente en la obra.

-Juan José Martín me invitó a darle vida a Víktor en la pieza, y luego de batallar internamente con la posibilidad de hacer teatro, decidí aceptar el reto y actuar literalmente, sin miedo, dispuesto a aprender y a jugar. En la obra hay un parlamento que dice: “Nos engrandecemos cuando nos dejamos retar”, y quise hacer honor a esta sentencia. Es un texto que me parece apasionante, que le dice cosas muy contundentes al Ángel de hoy. Además de la mano de un director que admiro profundamente, que nos ha dirigido por dos años en nuestro espectáculo infantil Ponteporonronte. Y estoy acompañado en escena con un equipo maravilloso de actores: Claudia Nieto, Gladys Seco, Rafael Gil y Adolfo Nittoli, quienes han sido sumamente generosos conmigo.

-¿Cómo confeccionaste este personaje?

-De la mano de Juan José le dimos forma a un hombre que ha decidido ocultarse para que el mundo no le exija más de la cuenta. Víktor es un alemán de clase media, que se encuentra unido con Bettina, en una relación de casi 10 años, pero donde ya no hay pasión. Víktor, como los demás personajes, está lleno de miedos y prejuicios, y lucha a rabiar por su trozo de felicidad, representada en ese ganso que está en la mesa. El reto era hacer una propuesta lo más natural posible, con mucha verdad para conectar con el público. Juan José fue trabajando con lo que yo iba aportando, algunos aspectos los fue eliminando, otros potenciando, hasta llegar a este personaje que si bien no está acabado, está muy cercano a lo que queremos.

-¿Qué papeles le gustaría interpretar en el futuro?

-Creo que se me da bien la comedia, la disfruto, pero me gustaría experimentar con el drama también. ¿Papeles? El que me hable, tal como me habló Víktor y toda la obra, en realidad. Este proceso ha estado lleno de situaciones y señales que a ratos me asustan, pero que me gustan. Todo personaje que llegue de ahora en adelante debería tener las mismas características: espero que me confronte, que me seduzca, que me rete, que me divierta y que me permita decir cosas importantes a gente que, como yo, las necesita. Pero principalmente, me interesa tomar de las artes escénicas las herramientas para optimizar mi puesta en escena como cantante, que mi instrumento se potencie al 100%.

-¿También le llama la atención dirigir o escribir teatro?

-Dirigir no me llama mucho la atención. La dramaturgia sí podría ser una posibilidad, dada mi inclinación hacia la escritura. Creo que disfrutaría esa magia de dibujar mundos y personajes y luego verlos crecer en escena.

-¿Y qué pasó con el canto?

-El canto es lo que hago desde que tengo cinco años. Así que sigo y seguiré cantando mientras tenga aliento. Es mi columna vertebral. Como te dije, soy esencialmente cantante. Lo hago con Vasallos de Venezuela, con los solistas de Piso, 1 y no pierdo la esperanza de grabar discos y hacer muchos más conciertos como solista.

-¿El periodismo quedó en el olvido?  

-Para nada. El periodismo me ha dado muchas satisfacciones, me ha permitido aprender, viajar, conocer mucha gente valiosa, además de traerme a este momento. Sigo escribiendo colaboraciones como la que hice para el libro de Banesco, Nuevo país musical, y eventualmente me contratan para escribir textos diversos.

Trozo de ganso es una obra que sorprende al espectador…

-Recomiendo que se acerquen a ver Trozo de ganso, de Martin Heckmanns, porque es una obra que toca muy de cerca lo que le ocurre al venezolano de hoy: el miedo, y como este nos puede hacer presa de distintos intereses, y nos puede empujar a cometer las peores atrocidades. Es la incapacidad para aceptar al distinto y a aquellas situaciones que nos sacan de nuestra zona de confort; y la comodidad de etiquetar a los demás en lugar de atrevernos a conocer auténticamente al otro. Tenemos la etiqueta #ElMiedoEmpequeñece.

T/ Redacción CO
F/ Cortesía NR
Caracas