Anibal Isturdes invita a darlo todo por salvar al Samán de Bello

El ecologista de la parroquia San José alza su voz para denunciar el mal estado en el que se encuentra el histórico Samán ubicado cerca de la quebrada de Catuche, bajo cuyas ramas se sentó el Libertado Simón Bolívar junto a Andrés Bello y Simón Rodriguez

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El amor por la naturaleza es la bandera que ondea Aníbal Isturdes en su cruzada por la defensa del Samán de Bello, es la herramienta que emplea para salvarle la vida al Samán de la Trinidad, el histórico árbol que, a finales del siglo XVIII protegió al joven Simón Bolívar de la inclemencia del sol caraqueño durante sus conversaciones formativas con Andrés Bello y Simón Rodríguez.

“Devoto defensor de los arboles de Caracas”, como él mismo se describe, Isturdes lleva en su maleta de vida el título de educador y el ser reconocido como un ambientalista apasionado e integrante del Comité de Defensa de la Parroquia San José. “Soy poeta y amo profundamente el patrimonio tangible e intangible de la Ciudad de Caracas”, agrega durante una entrevista realizada por el Correo del Orinoco, en las cercanías del Panteón Nacional antigua Iglesia de la Santísima Trinidad.

Como un amante dedicado, este ecologista caraqueño cita sin esfuerzo los nombres con los que se le conoce: el Árbol del Buen Pastor, el Árbol de Catuche, el Árbol de la Santísima Trinidad y el ya nombrado Samán de Bello.

Entre los detalles de la vida del protagonista de esta historia, Isturdes cuenta que el ejemplar fue sembrado “por el alarife que construyó el Panteón Nacional con el fin de crear un espacio para la recreación y el descanso de los vecinos”.

“Alzo mi voz para que la gente sepa que en este árbol estuvo Simón Bolívar, y era el punto de encuentro con su maestro Andrés Bello, quien vivía muy cerquita de acá y sentía un regocijo espiritual al sentarse a leer o reflexionar a la orilla de ese árbol”, comenta Isturdes, quien recuerda con melancolía que hace 10 años solía visitar al Samán y recoger “montañas de semillas”, las cuales donaba a las escuelas y comunidades del sector “con el propósito de dar a conocer la vigencia histórica de este árbol”.

Como prueba de esta afirmación, el vecino de San José muestra un ejemplar del libro Andrés Bello y Caracas, editado por el Concejo Municipal del Distrito Federal en 1965, en cuyas página se recoge un poema escrito por el maestro del Libertador titulado “A un Samán”. Entre los versos, el autor hacer referencia directa al árbol ubicado al norte de Caracas: “Agradábale en las aguas ver flotar su sombra bella, mientras besaban su planta al jugar por las praderas. Del puro Catuche al margen, propicio los cielos quieran que, más felices, no escuches tristes lamentos de guerra (…)”.

“SE NOS VA A MORIR”

Actualmente, el Árbol de Catuche integra los elementos que constituyen el activo vegetal del Foro Libertador. Es el centro de una plazoleta ubicada en la entrada de la Sala Juan Bautista Plaza, en el edificio de la Biblioteca Nacional. Lo rodea un círculo de tierra de aproximadamente seis metros de diámetro. La arena está seca y cubierta de excrementos, basura, ramas secas y de una que otra vaina con las semillas del Samán.

El cuerpo del árbol tiene muchas cicatrices, y en algunas de ellas se ven colillas de tabaco, regalos de quienes dicen aprovechar la fuerza energética del ejemplar como herramienta en labores espirituales: brujería, santería.

Las ramas, delgadas en su mayoría, tienen poca cantidad de hojas. El follaje es amarillento, una particularidad que Isturdes no atribuye a la extensión del periodo de sequía. En algunas de sus ramificaciones hay otras especies vegetales, como las comúnmente conocidas como “matapalos”. La tiña, es otro de sus compañeros.

Una sombra de luz es lo que queda de una placa informativa colocada por el Concejo del Municipio Libertador en un muro de concreto que delimita parte de la plazoleta. A lo lejos, dos figuras observan permanentemente al amigo de Andrés Bello, son los bustos sin identificación de Gabriela Mistral y de Pablo Neruda.

“Ellos conocieron el árbol y se sintieron muy impactados por su relación con Bello. Conocían del amor y de la nostalgia que sintió el maestro del Libertado por el Samán. Otro que visitó este sitio fue José Martí”, señala el vecino de San José.

Las palabras de Isturdes denotan preocupación por la situación del Samán. Para la entrevista trajo algunos libros con información relativa al caso. En uno de ellos, lee, no sin antes pedir disculpas por el temor de parecer “pretencioso”: “Samán Pithecellobium saman. Árbol emblemático del estado Aragua. El de 5 de junio de 1983 fue declarado árbol emblemático de los países bolivarianos. Es utilizado como árbol de sombra en los potreros y su fruto es un alimento para el ganado. El Samán se encuentra en veda en la República Bolivariana de Venezuela, según resolución Nº 0035 de fecha 17/04/2008, Gaceta Oficial Nº 38.913 de fecha 18/04/2008, por tanto está prohibido el aprovechamiento y cualquier otro tipo de intervención de árboles de esta especie”.

“El árbol está descuidado, está abandonado y se nos va a morir”, denuncia el ambientalista mientras desciende las escaleras ubicadas frente al Panteón Nacional. Tiene dificultad para caminar debido a una viaja fractura en una de sus piernas y porque aún está convaleciente de una operación de vesícula que casi “lo manda a la otra vida”. No obstante, se considera con el deber de dar todo “lo que reste de existencia” para salvar al Árbol del Buen Pastor.

POR LA LEY Y LA JUSTICIA

Pero para quienes aún no entiendan cuál es el grado de pasión de Isturdes, nada mejor que esta anécdota. En una ocasión caminaba por casualidad por donde está el Samán. Recuerda que en ese tiempo el área donde se encuentra el árbol era parte de un estacionamiento. De repente vio “como el dueño del estacionamiento, un italiano, le echa gasolina al terreno donde están las raíces”.

“Me le acerco y le digo: caramba señor pero qué está haciendo usted, eso no lo puede hacer. El tipo me ofendió, me dijo que él era dueño de ese espacio y por eso podía hacer lo que le diera la gana, además que ese árbol le estorbaba y por eso lo iba a tumbar”, cuenta el ambientalista.

Relata que en medio de la discusión le dio las las razones históricas por las que el árbol debería ser preservado. Pero esto no “aplacó la ira del dueño del estacionamiento”. A la defensa de Isturdes y del Samán se sumaron el padre Pablo Barnola, el ecologista Luis González Guillén y el premio nacional de pintura Alirio Oramas, quienes sugirieron amarrarse al tronco si el Italiano persistía en su intento por matar al ejemplar.

“Eso de transformó en un zaperoco”, añade, “llegó un periodista de Últimas Noticias y un fotógrafo, también acudió la policía y concelajes del municipio Libertador. La noticia salió por la radio y ya al final de la tarde teníamos un gentío ahí, defendiendo al árbol”.

La historia culminó con la salvación provisional del Samán de Bello, y el compromiso de los concejales de crear las ordenanzas necesarias para salvaguardar la vida de este protagonista de la historia caraqueña, una promesa que se cumplió a medias.

El 3 de octubre de 2006, el ciudadano Aniba Isturdes, en su condición de presidente del Comité Cultural Conservacionista y de Defensa de la Parroquia San José, envía una comunicación al Concejo Municipal de Caracas, en la que solicita “la declaración oficial como Patrimonio Ambiental del histórico árbol denominado el Samán de Bello, así como la creación de un vivero ecológico en el Centro YMCA San José”.

Siete motivos fueron suficientes para declarar al Árbol, en sus diferentes denominaciones: de la Trinidad, de Catuche, de Samán de Bello y del Buen Pastor, como Patrimonio Histórico, Ambiental, Tradicional del Municipio Bolivariano Libertador. Uno de estos motivos expresa la obligación que tiene el municipio “de garantizar mediante iniciativas, acciones, programas y proyectos orientado a la preservación y conservación del entorno urbano y ambiental que afiancen el sentido de arraigo y pertenencia del pueblo caraqueño con su ciudad”.

Se decidió colocar una placa alusiva al acuerdo de la cámara y un cartel informativo para indicarles “a los transeúntes las referencias de este árbol histórico para los caraqueños”. También se acordó exhortar a los organismos competentes a tomar todas las medidas y acciones pertinentes destinadas a asegurar la defensa, preservación y custodia del Samán de la Trinidad. En el documento municipal se deja constancia de que el Samán de la Trinidad, hijo del Samán de Güere aragüeño, es único testigo viviente de la vida de don Andrés Bello, por ser el más antiguo de la ciudad”. El árbol forma parte de las manifestaciones culturales que integran el Catálogo del Patrimonio Cultural venezolano 2004-2007, Región Capital.

PRESERVAR EL LEGADO HISTÓRICO

“Pero la idea no es quejarse ni lamentarse, sino entre todos dar una solución a la problemática”, dice Isturdes, y para ello propone recolectar las semillas del Samán con el propósito de germinarlas y posteriormente sembrar las plántulas “en toda la ciudad de Caracas, en las escuelas, las comunidades”.

Asimismo, plantea realizar donaciones a los países bolivarianos con el propósito de que cada una de estas naciones alojen a los hijos de este protagonista de la historia independentista de América Latina.

Exhorta al actual ministro del Poder Popular para el Ecosocialismo, Heryck Rangel, a que “tome cartas en el asunto”. Igualmente, destaca la importancia de que en las comunidades cercanas “aflore el sentido de pertenencia con respecto al Samás de Bello”.

Invita a vecinos y a representantes del Gobierno y de las instituciones del Estado a no abandonar al Árbol de Catuche, a “no sucumbir ante los efectos de la crisis” y olvidar “la importancia de preservar el legado histórico venezolano como una manera de hacer soberanía, de hacer patria”.

T/ Romer Viera Rivas
F/ Héctor Rattia
Caracas