Turquía y Rusia han llegado este miércoles a un acuerdo de propuesta para una tregua general siria, del que se espera que entre en efecto a medianoche.
Conforme a un plan pactado entre representantes de Ankara y Moscú, el cese de hostilidades se aplicaría en todas las zonas en las que combaten el Ejército sirio y los llamados rebeldes, ha anunciado la agencia turca de noticias Anadolu.
Ambos países se esforzarán para que el alto el fuego a nivel nacional entre en vigor en la medianoche del miércoles al jueves, añade la fuente.
El acuerdo ha sido confirmado por el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, que ha destacado que la tregua podría entrar en vigor en cualquier momento. “Turquía aboga por un alto el fuego permanente en Siria”, ha enfatizado.
Sin embargo, el titular turco ha calificado de “imposible” una transición hacia la paz en Siria que mantenga en el cargo al presidente Bashar al-Asad, ya que, ha argumentado, la llamada oposición no lo aceptará.
Por su parte, el Kremlin ha informado a media mañana de este miércoles que no tiene información suficiente como para hacer comentarios sobre el acuerdo anunciado por Turquía.
En el caso de que el cese de enfrentamientos tenga éxito, el Gobierno de Damasco y las fuerzas de la oposición siria comenzarán negociaciones políticas bajo la tutela de Turquía y Rusia en Astaná (capital de Kazajistán), señalada por el presidente ruso, Vladimir Putin, como “territorio neutral” apto para ser escenario de tales conversaciones.
El 20 de este mes, los ministros de Exteriores de Rusia, Irán y Turquía, Serguei Lavrov, Mohamad Yavad Zarif y Cavusoglu, respectivamente, se reunieron en Moscú, la capital rusa, para alcanzar acuerdos encaminados a poner fin a la crisis siria.
Los esfuerzos internacionales para poner fin a la crisis en Siria han sido infructuosos hasta el momento. A pesar de los avances del Ejército sirio ante los grupos terroristas, con el paso de los días se agrava la situación en el país árabe, engrosando así la cifra de muertes, que ahora se sitúa en torno a las 400.000, según el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Siria, Staffan de Mistura.