Por Oliver Reina|Ante los ataques, fortalezas (Opinión)

Por razones de diverso color y calor durante los días recientes ha estado muy movido el escenario internacional relacionado a Venezuela.

Desde el avivamiento del Diferendo con Guyana por las acciones violatorias a nuestra soberanía nacional por parte de la petrolera Exxon Mobil; pasando por el arribo de Felipe González, sus pretensiones de defender lo indefendible y su salida del país en nada menos que un avión de las Fuerzas Armadas Colombianas; hasta las exitosas Cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe y Cumbre de los Pueblos, ambas desarrolladas en Bélgica.

Hubo un poco de todo, siendo destacados por alguna mediática esos previsibles giros orientados políticamente a realizar mala propaganda contra Venezuela en el escenario internacional –desenmascaramiento de algunos actores incluidos-, nuevas arremetidas que buscan seguir aplicando el viejo guión de hacer mella en la voluntad nacional esta vez desde una maniobra que cruza dos perspectivas de acción:

1) horadar el nacionalismo particularmente en los sectores más recalcitrantes de la derecha (con Exxon como abierto operador de la sistemática política imperial contra Venezuela) y,

2) la actuación del expresidente español cumpliendo a cabalidad lo que venía a hacer que no era defender a nadie sino crear las condiciones para iniciar un nuevo escándalo montado mediáticamente y exponerlo a través de la caja de resonancia que son algunos medios internacionales, con el extra nada despreciable del apoyo brindado por el Gobierno colombiano para facilitar el cierre de su gesta en nuestra patria y de la incesante exposición de acciones asumidas por la oposición bajo su absoluta responsabilidad, como algunas huelgas en marcha. A buen entendedor…

Pero así como fue de extremo a extremo geográfico el concierto internacional contra Venezuela también fue una semana de extremos en el apoyo recibido desde una instancia tan importante como la Cumbre de la UE y la Celac.

Contundente fue el apoyo recibido por muchos pueblos hermanos que comprenden y explican al mundo lo que sucede en Venezuela en cuanto al cerco económico que termina siendo mediáticamente cubierto en su expresión más evidente, en el fenómeno en sí, muchas veces sin profundizar en sus causas, sus raíces, sus determinaciones.

La semana que cierra deja claro tanto que la arremetida contra el país se mimetiza pero no cede como que Venezuela no está sola en el concierto internacional. Presiones internas y externas seguirán en la agenda y toca afrontarlas y superarlas, seguros de que todo nuevo ataque lo revertiremos en nuevas fortalezas.

@oliv22