Este domingo|Antifascistas en Rusia rememoran a niños víctimas de la guerra

Representantes de organizaciones antifascistas europeas y miembros de sociedades y clubes internacionales de amistad consagraron hoy la celebración por la victoria contra el fascismo a la memoria de los niños y las víctimas de la guerra.

A la inauguración de la exposición internacional «Los niños y la guerra», en el Museo de la Gran Guerra Patria, de Moscú, asistieron miembros de brigadas antifascistas de Alemania y España, invitados al foro Por la Paz y la Amistad en el planeta, que se desarrollará mañana en esta capital.

Los delegados recordaron con un minuto de silencio a los 17 estudiantes del Internado de Ivánovo, a 300 kilómetros de Moscú, que murieron combatiendo en la Gran Guerra Patria (1941-1945), entre cuyos nombres sobresalieron los cubanos Enrique Vilar y Aldo Vivó.

La presencia de Vilar y de los hermanos (Aldo y Jorge) consta en las memorias del Internado «Elena Stásova» que celebra 80 años de fundado, y en una colección de libros sobre el aporte de otros países a la defensa de la Unión Soviética.

Fueron los cubanos los únicos latinoamericanos que combatieron entonces en los frentes del Ejército soviético.

Para el subdirector del Museo de la Gran Guerra Patria, Victor Scryabin, con esta exposición se resalta víspera de la victoria contra el fascismo un tema poco conocido como los vínculos de la infancia y la guerra.

En los murales y vitrinas se muestran dibujos, aviones de juguete y muñecas -todos auténticos- que fueron ametrallados por las balas fascistas, y la huella que dejaron en los niños los bombardeos enemigos, dijo durante la apertura de la muestra.

Fueron precisamente los sectores indefensos las primeras víctimas de la agresión. Del total de muertos por la guerra, casi 10 millones eran niños, y en la Unión Soviética, de los 26 millones que perecieron, un millón 200 mil eran niños, expuso Scryabin.

Destacó que la exposición recoge también la contribución de los niños a la victoria desde la clandestinidad, el trabajo en las fábricas de armamentos, los cadetes del colegio de marinos en Leningrado.

Más de 300 mil participaron en la Gran Guerra Patria y de ellos, 17 recibieron la medalla de Héroe de la Unión Soviética.

Esta exposición en general despierta el conocimiento sobre las consecuencias de la guerra, y es una alerta para que esas cosas terribles no se repitan, subrayó el experto en educación patriótica.

Los niños prisioneros de los campos de concentración, las víctimas del bloqueo de Leningrado, el genocidio practicado contra gitanos y hebreos son algunas de las historias desgarradoras captadas en imágenes, y reflejadas en las colecciones de piezas, diarios y correspondencia.

Hasta Moscú llegaron los aportes de cinco museos internacionales para la exposición «Los niños y la guerra», como el Memorial de Jatin, en Belarús, Museo de Historia militar de Dresde, Memorial de Terezín, en República Checa; el Museo a la memoria de los muertos en Nankin, China, el Museo del Holocausto y el Fondo Eurasia.

Fuente/Prensa Latina