En la vida el tiempo no se recupera, por ello la importancia de la planificación, para atender y satisfacer de forma oportuna las necesidades, de acuerdo a las posibilidades reales, según la viabilidad del plan y de las políticas respectivas. El plan, que deviene de las orientaciones políticas guía la toma de decisiones, que de no tomarse en el momento requerido, el problema o problemas a resolver se van haciendo relativamente mas complejos, aumentando en consecuencia la incertidumbre, lo cual está documentado en las llamadas técnicas de planificación suave.
También en política económica hay que aplicar lo que decía el presidente Hugo Chávez, “…candelita que se prende hay que apagarla”, porque sí no el fuego se expande. Muchas veces no tomamos decisiones porque su preparación requiere de tiempo y son consideradas urgentes, pero un tiempo después, se plantea la misma urgencia, sin que la medida siquiera se haya preparado.
Estamos en una economía con mercado, que es una institución previa al surgimiento del capitalismo, y hay que tomar decisiones teniendo en cuenta sus mecanismos de funcionamiento y profundizar las políticas para dominarlo y democratizarlo, porque su funcionamiento atenta contra los intereses del pueblo trabajador.
Las políticas para democratizar el mercado y la economía, y superar así su carácter monopólico tienen que tomarse hoy, pero su impacto no es inmediato, pero deben tomarse, como en efecto hay iniciativas al respecto, por parte del Gobierno Nacional. Lo urgente y que tiene efectos inmediatos es lo relativo a la política cambiaria, el tipo del cambio se debe unificar, ello ha generado en la economía con mercado que tenemos efectos perversos conocidos, ello sería una contribución a que el fuego no se expanda mas.