La Liga Árabe aplazó este miércoles la suspensión de la membresía de la República Árabe Siria, en un evidente replanteamiento de la decisión anunciada la semana pasada en El Cairo, que ya laceró bastante la credibilidad de ese foro.
Tras horas de discusiones en una reunión de emergencia en esta capital marroquí, los ministros árabes de Relaciones Exteriores optaron por conceder tres días más de plazo a Damasco para que continúe implementando el acuerdo que aceptó en Egipto el 2 de noviembrzdie.
La decisión se adoptó por consenso, a pesar de la expectativa creada por medios televisivos regionales y gobiernos occidentales, en especial de Estados Unidos y Francia, que abogaron por recrudecer la hostilidad contra el gobierno del presidente Bashar Al-Assad.
Una vez concluida la cita de esta noche, el primer ministro y titular de Exteriores de Catar, jeque Hamad bin Jassim bin Jabor Al-Thani, explicó que se aprobó una moción para destinar a Siria un equipo de observadores a fin de verificar la situación sobre el terreno.
«Adoptamos un protocolo para enviar observadores árabes a Siria y el Gobierno sirio tiene tres días para aprobar la decisión», indicó Al Thani en rueda de prensa conjunta con el secretario general de la Liga (LA), el egipcio Nabil El-Arabi.
Fuentes diplomáticas de la LA consultadas en El Cairo por Prensa Latina habían adelantado que se manejaba la posibilidad de destinar unos 500 observadores, si el gabinete sirio ofrecía «garantías claras» de que velaría por la seguridad e integridad de sus miembros.
En opinión de analistas, la medida acordada este miércoles en Marruecos fue «la menos insensata», tomando en cuenta que si la entidad realmente desea una solución de la crisis siria, la mejor manera es evitar aislar alpaís del concierto regional.
Durante una reunión de urgencia sostenida en la sede del ente panárabe en El Cairo, el pasado día 12, los cancilleres aprobaron -sin el indispensable consenso- congelar la participación de Damasco en todas las actividades de ese mecanismo.
Además de dejar pendiente a la discusión de hoy la suspensión de la membresía, los 18 ministros que respaldaron la resolución recomendaron sanciones económicas y políticas, y alentaron a los Estados miembros a retirar sus embajadores de Damasco.
Ese paso se dio a raíz de presiones de las monarquías del Golfo Pérsico, en particular de Catar, actual presidente de turno de la LA, con el pretexto de que Al-Assad había incumplido el plan que incluía frenar la violencia, liberar a presos y promover un diálogo nacional.
Las autoridades sirias, que han cumplido esas y otras demandas, autorizaron la entrada de periodistas extranjeros, excarcelaron hasta hoy a más de mil 180 presos, y se comprometieron a seguir impulsando un proceso de reformas democráticas consensuado con la ciudadanía.
Sin embargo, la predisposición y hostilidad contra Damasco quedaron manifiestas durante las sesiones del Cuarto Foro Económico Árabe-Turco, que coincidentemente tuvo lugar hoy en Rabat, por los pronunciamientos intimidatorios de varios cancilleres asistentes.
A la retórica amenazante del secretario general El-Arabi y de Al Thani, se sumó la del ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, que insistió en «medidas urgentes» para supuestamente proteger a civiles sirios del que describió como baño de sangre de Al-Assad.