En San Fernando evocan el emotivo discurso del cierre de campaña de 2012|En Apure, a Chávez lo atropellaron los recuerdos de la sabana

Para Omar Viana, dirigente campesino y cronista del municipio Bruzual, al Comandante Chávez lo atropellaron los recuerdos de la sabana, se le vinieron en galope desbocado las imágenes del Cajón del Arauca, del Capanaparo, de las sabanas de Alcornocal, el río Arauca, por eso se vino en lágrimas y estalló en sentimientos, durante aquel emotivo mitin de cierre de campaña aquel 15 de septiembre del 2012, en la avenida Carabobo de San Fernando de Apure.

Omar Viana al igual que Argenis Méndez Echenique, historiador y cronistas de San Fernando, piensa que el Comandante aquel día inolvidable quizá presentía que seria su ultima visita a esta tierra y a este pueblo al que quiso tanto.

Viana, quien presenció el discurso por televisión desde su casa en Bruzual, destaca que Chávez dijo que incluso moriría feliz si se lo tragaba la sabana, si le tocara la suerte de Barquero, el personaje galleguiano. Expresó que se haría terrón en el Cajón del Arauca.

“Fue como un momento”, añade Viana, “ en que demostró un gran amor por esa tierra que lo hizo crecer. El no dijo que se iría para Elorza directamente, sino que agarraría carretera, pasaría por Biruaca, Achaguas, Apurito, El Samán, Mantecal y en la “Y” de Mantecal, cojería a la izquierda, vía Elorza y llegaría hasta las sabanas del Alcornocal, del Capanaparo, de Riecito, o sea, en el pleno corazón del Arauca. Es hasta allí donde llega la carrera imaginaria de ese momento que le hizo brotar lágrimas. Chávez lloró porque, como dije, fue un tropel de recuerdos que se lo llevó por delante y se quedó pequeñito ante tanto amor por esa sabana galleguiana de Lorenzo Barquero, del bachiller Mujiquita, de Ño Pernalete, de Pajarote, de Sànchez Olivo, del poeta José Natalio Estrada, del propio Maisanta, su bisabuelo, que fue guerrillero en Apure contra Juan Vicente Gómez”.

Considera el cronista de Bruzual que el amor que sintió Chávez por Apure venía desde antes de ser presidente de la República, cuando estuvo en Elorza.

UN CORAZÓN LLORANDO

Durante el discurso ante una multitud delirante, Chávez le pidió al Dios generoso que le concediera el último sueño de liberarse, aunque sea por unos días, unos meses, un año, y una vez libre, después de haber hecho realidad el proyecto de la patria que soñamos “ojalá volver a recorrer con un arpa, un cuatro, unas maracas, unos compañeros, unas compañeras, estas calles adoradas de San Fernando, estas sabanas de Apure, aquellas sabanas del Guárico, aquellas sabanas de Barinas. Dios si tú eres más generoso que generoso te pido ese voto, o hago ese voto, y si no fuera posible, de todos modos gracias Dios mío, gracias pueblo mío por esta vida, por esta lucha y por esta nueva etapa de la vida que comienza el 7 de octubre con la batalla perfecta”.

Argenes Méndez Echenique, autor de una Historia de Apure y otros textos en su labor como historiador, y director de la Casa de Bolívar, en San Fernando, todavía percibe el eco de las sentidas palabras del Comandante.

“Yo lo sentí como una despedida que él estaba haciendo de este pueblo. Fue algo muy emotivo. Uno sentía que prácticamente le estaba llorando el corazón.

Apure y Chávez representaban una unidad, un solo ente. “Su ausencia la hemos sentido más que nunca porque, aunque se han continuado su obra, no es igual. Chávez era el líder indiscutible de la Revolución y lo seguirá asiendo, pero es algo que uno siente y padece”.

“Como se dice popularmente cuando una persona presiente la muerte, estaba como recogiendo sus pasos, recogiendo su vida. Así lo sentimos muchos. Sentimos que Chávez hablaba llorando, despidiéndose de este pueblo”, asienta.

AVENIDA ABARROTADA

En el discurso de la avenida Carabobo , Chávez le dijo a los asistentes que luego del triunfo electoral regresaría a San Fernando y montarían una fiesta.

“Apure te amo infinito”, expresó el comandante,“ Apure mío. Chávez es tuyo Apure y tú eres mío Apure, como mía es la patria, como tuyo es Chávez patria venezolana, pueblo venezolano. Camaradas, vamos a seguir batallando, desplegados rumbo al 7 de octubre para seguir abriendo los portones del futuro. Espero volver de nuevo a San Fernando después de la victoria del 7 de octubre para que hagamos una buena fiesta de arpa, cuatro y maracas hasta el amanecer. ¡ Viva la patria!, ¡Viva el Apure!. ¡Hasta la victoria siempre!”.

Elio Luque estaba aquel día cerca de la tarima y confiesa que le dieron ganas de subirse y contrapuntear con el Comandante, cuando entonaba canciones llaneras. Estima que había 40, 50 mil personas en la avenida.

-¿Que sintió cuando escuchó las palabras de Chávez?

– Me conmovió tanto que hasta se me salieron las lágrimas. Todo el mundo estaba conmovido. Fue un discurso histórico. Todavía lo vemos y nos conmueve. Chávez, aunque nació en Barinas quería mucho al estado Apure, a Elorza, al Cajón del Arauca que es llano, sabanas, esteros, e historias como la de Florentino el que cantó con el Diablo.

Charlys Lovera, un comunero de paso por la plaza Bolívar de San Fernando confesó que el discurso estremeció a los apureños por esa carga de sentimientos que transmitió.

-¿Había mucha gente en ese mitin?

-Estaba abarrotado. En la caminata previa de hecho si se te caía el zapato o la alpargata, tenías que dejarlos porque era riesgoso intentar recogerlos porque te iba a pasar por encima una marea de gente. Estábamos a la expectativa de por dónde iba a llegar el Comandante. Estábamos atentos porque todos queríamos verlo, acompañarlo, estar con él. Fue una invasión de pueblo a la ciudad de San Fernando. Nunca otro líder, que yo sepa, lo había logrado. Fue un momento impresionante que lo recordamos con nostalgia.

Lovera asevera que Chávez amaba al llano, sus faenas, y que su pasantía por el estado Apure marcó su corazón, su vida. Además, Apure es tierra de héroes.

María de León, Manuel León y Eneida Rojas coinciden en resaltar aquel discurso como un caso sobresaliente en la historia de la ciudad.

“El que no se conmovió con nuestro presidente no tiene sentimiento”, señala María de León; “Creo que el discurso fue como una despedida, aunque nadie en ese momento lo pensaba”, dice Manuel León; “Sentí una emoción muy grande. Nosotros también lloramos.

T/Manuel Abrizo
F/Archivo CO