Serán digitalizados una vez que se concrete la mudanza al Foro Libertador|Archivos de Bolívar y Miranda estarán al alcance del pueblo

Jorge Berrueta muestra las salas que componen la bóveda de la AGN. F/Alexis Torrealba

Con la mudanza física del Archivo del Libertador al Archivo General de la Nación (AGN) se restituye a la República la custodia sobre ese bien patrimonial, muy sensible para el pueblo venezolano. Y se asegura su transferencia a soportes físicos y digitales, que permitirán el acceso masivo.

A mediados de mayo se efectuará la mudanza física del legado del Libertador Simón Bolívar y del Generalísimo Francisco de Miranda, que se ubicará en el piso 1 de la sede actual del Archivo, en el Foro Libertador, lo cual anima al equipo de especialistas de esa institución, quienes consideran que es la decisión más adecuada y ajustada a la legislación.

La primera acción será digitalizar totalmente los documentos de Libertador para democratizar su acceso y garantizar un uso masivo. Son pocas las personas que han tenido el privilegio de manipular esos documentos hasta ahora, porque lo que se conoce como el Archivo del Libertador no ha sido conservado en otros soportes físicos o digitales.

Ramón Sifontes, director del Centro Nacional de Preservación de la Biblioteca Nacional, opina que la transferencia del Archivo del Libertador era algo inevitable. Como conservador, piensa que uno de los motivos fundamentales es la necesidad de digitalizar los 246 tomos que conforman la obra de Bolívar para que pueda ser consultada.

La Biblioteca Nacional guarda 40 por ciento de este archivo en microfilm, señala José Moncada, jefe de la División de Micrografía de esa institución, quien espera que ahora sí puede culminarse esta tarea que asegurará la conservación del legado por 500 años (lapso de tiempo de vida útil de la película).

Los documentos del Libertador han sido recopilados y editados en la colección Escritos de Bolívar, obra iniciada por la Sociedad Bolivariana. Se han editado 32 tomos con todo lo que Bolívar produjo hasta julio de 1825. El curador del Archivo del Libertador e individuo de número de la Academia Nacional de la Historia, Héctor Bencomo, calcula que restan cuatro más para completar la colección hasta lo que se tiene de 1830. Estas ediciones han sido, por muchos años, la forma en que las venezolanas y los venezolanos “de a pie” han podido tener contacto con los documentos.

Explica Bencomo que lo que se considera parte de ese Archivo son documentos que el Libertador escribió de su propia mano, lo que él dictó a un secretario, y lo que un secretario escribió en su nombre. Entre esos documentos se encuentran cartas particulares, oficios, discursos, decisiones marginales (lo que Bolívar decidía y quedaba escrito en el margen del oficio leído).

Aunque el Libertador en su testamento ordena “que los papeles que se hallan en poder del señor (Juan Bautista) Pavageau, se quemen”, la documentación que viajaba con el Libertador llegó hasta nuestros días.

Con el archivo digital quedará en el pasado la consulta directa del original. F/ Alexis Torrealba

EL PUEBLO SE REENCUENTRA CON SU HISTORIA

Jorge Berrueta, responsable del área de Servicio y Centro de Información, comenta que como venezolano y miembro del equipo del AGN, rechaza las opiniones que califican de “madrugonazo” o traslado político la decisión que emana del Decreto del Ejecutivo 7.375 del pasado 13 de abril. “Legalmente, ese tipo de archivos deben reposar en el AGN”.

Antes, esta institución “no contaba ni con los espacios ni con las herramientas técnicas de conservación para mantener esa documentación”. Sin embargo, las condiciones actuales son muy distintas. “La nación asumió un compromiso serio con su patrimonio histórico”, dice. “Ya es hora de que la Nación vuelva a recuperar la custodia, recuperación y conservación de esos documentos”. “Tenemos los espacios, un equipo formado. Bienvenidos estos archivos”, expresa.

Berrueta refiere que el área de consulta del AGN es visitada por todo tipo de profesionales, tales como historiadores, poetas y militares, además de público general que ha ido a “reencontrarse con la historia de sus comunidades”. Algunas secciones del AGN fueron microfilmadas en el pasado, pero el procedimiento de conservación que se utiliza ahora es la digitalización, y paulatinamente se sustituye la consulta directa del original por la consulta digital del documento.

Explica Berrueta que desde hace dos años “se ha emprendido la tarea de digitalizar de los fondos lo que está enmarcado en el Bicentenario de la Independencia”. Este año, la AGN termina el traslado de la totalidad de los fondos desde su edificio histórico.

En cuanto a las expectativas de ofrecer a partir de este año los textos de Bolívar en consulta, Berrueta aclara que, por razones de conservación, a este tipo de documentación no se le puede dar un uso masivo. “Por más que se tengan las herramientas y condiciones para su mantenimiento, la utilización genera un desgaste”, señala. La alternativa es proceder a la digitalización masiva, que “permite la democratización del uso de esta documentación; una documentación, además, sensible para el pueblo venezolano”

El Archivo de Miranda fue digitalizado por el Estado, y se puede consultar en línea.

DIGITALIZANDO LA HISTORIA

Con tres escáner planetarios de fabricación alemana, que están en funcionamiento y en uso continuo, se cumplirá la meta, a largo plazo, de digitalizar toda la documentación del AGN.

Uno de los que manejan estos escáner es Ricardo González, técnico en informática que ha tenido la oportunidad, textualmente, de palpar la historia. “Aquí uno está en pleno contacto con documentos que muchas personas quisieran tocar, con las firmas de Bolívar, de Antonio José de Sucre y de otros próceres”, cuenta.

Ha podido leer “la historia real que no está en libros”, como por ejemplo, algunos casos recogidos en los 43 tomos de las Causas de infidencia, que se terminaron de digitalizar. Sobre los mismos, cuenta “que es la historia del pueblo, de la Independencia”. Y explica: “Eran los expedientes que se le abrían a los ciudadanos comunes que se rebelaban contra la Corona. Fulano de tal se rebeló contra la Corona y lo acusan de ser un insurgente sin remedio; entonces se le condena a dos años y una multa -lo que tenga- de cuatro chivos y cinco vacas”.

González considera que puede hablarse de 100 millones de imágenes para abarcar la totalidad de lo que hay ahora en la bóveda del AGN. La digitalización es una labor que puede llevar décadas. Pero son los especialistas quienes deciden cuáles documentos tienen prioridad por su valor histórico, utilidad, antigüedad y conservación.

Estos escáner prestan apoyo a “instituciones hermanas”, como la Biblioteca Nacional. El AGN también presta el servicio de digitalización a las usuarias y los usuarios que así lo requieran, a quienes se les entrega un DVD catalogado con el número de orden.

El técnico explica que es frecuente la solicitud de digitalización de testamentos, incluso de los tomos en los que se revisan las cadenas titulativas de las tierras. En algunos casos, la solicitud viene de un tribunal y debe ser atendida con la celeridad que amerite.

Personal del AGN trabaja en el mantenimiento de documentos históricos. F/ Alexis Torrealba

EL ARCHIVO  DEL LIBERTADOR HA ESTADO ENFERMO

La especialista Belyamira Montilla, restauradora del Centro Nacional de Preservación de la Biblioteca Nacional, explica que este organismo realiza asesorías al Archivo. Ha sido este Centro el que ha acometido la tarea de restaurar el Acta de Independencia y los 19 tomos de las Constituciones de Venezuela. También conocen bien el Archivo del Libertador, porque han colaborado con su conservación.

Sobre el valioso legado, la especialista menciona la infestación por hongos que sufrió su bóveda en los años 2001-2002. Explica que se hizo una limpieza exhaustiva y un diagnóstico. También se elaboraron contenedores libres de ácido y se encapsularon algunos documentos (se sellan con una película de poliéster químicamente estable).

Montilla piensa que todavía hay mucho que se puede hacer por el Archivo del Libertador, cuyos tomos empastados en el siglo XIX, con cartones corrientes, se acidifican y trasladan el deterioro al documento.

El Archivo General de la Nación también cuenta con un taller de restauración que aún funciona en su edificio histórico de Santa Capilla. De hecho, dispone de una cantera de papel de diferentes siglos, tomados de los folios no escritos de los diferentes documentos, de la que se valen para restaurar otros textos.

ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA NO TIENE POTESTAD PARA DIRIGIRSE A LA UNESCO

La Academia Nacional de la Historia “no tiene potestad ninguna para dirigirse a la Unesco”, afirma Tania Delgado, secretaria general de la Comisión Nacional de Cooperación con la Unesco, que depende de Cancillería.

Indicó que, como organismo intergubernamental, la Unesco sólo se comunica con los gobiernos de los estados miembros. La Academia Nacional de la Historia antes de enviar una comunicación a ese organismo, como declararon sus integrantes, primero deben notificarlo a esa Comisión.

Agregó Delgado que los Archivos del Libertador y de Miranda son patrimonio del Estado y éste es “libre de decidir cuál es el lugar en el que se van a depositar y custodiar esos bienes”. Explicó que todos los bienes patrimoniales tienen una sola autoridad en el país: el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), órgano adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. “No hay ningún ente privado, como la Academia, que tenga autoridad por encima de lo dispuesto por el IPC o por el Ejecutivo Nacional”, dijo.

Delgado aclaró que es el Archivo del Generalísimo el que recibió reconocimiento del programa Memoria del Mundo y esta gestión la realizó el Estado venezolano. “La Unesco tiene diversos programas en el que se reconocen distintos patrimonios y esto le da un estatus distinto a esos patrimonios, porque le dan reconocimiento internacional, lo que no significa que este organismo tenga potestad ni autoridad sobre esos bienes reconocidos”.

UN PATRIMONIO

El Archivo General de la Nación conserva aproximadamdente 64.000 unidades documentales (tomos, legajos, libros y cajas contenedoras) que se reparten en los siguientes subfondos:

  1. Colonia (1535-1810),
  2. Revolución y Gran Colombia – Departamento de Venezuela (1810 – 1830)
  3. República (1830 – 1998)
  4. Registro Público (1586 – 1992)
  5. Traslados (1533 – 1963) (transcripción de documentación que existe de Venezuela en otros archivos)
  6. Archivo de la Revolución – Fondo Documental del Pueblo (1936 – 2008).

El Archivo de la Revolución rompe con el esquema de archivos generales, porque se encarga de resguardar “lo que brota de las comunidades, del movimiento estudiantil, del movimiento campesino, obrero, las Madres del Barrio, los Comités de Tierra, Consejos Comunales y organizaciones políticas”; es decir, ajeno a la administración pública, destaca Jorge Berrueta.

EN BUENAS MANOS

Por razones de conservación documental, usuarias y usuarios del Archivo General de la Nación deben utilizar guantes y tapabocas para no afectar, en lo posible, la documentación. Sin embargo, el estado del documento depende de la conservación y la calidad de su papel. El documento más antiguo que resguarda el AGN data de 1535, y aseguran que aún puede ser manipulado sin dificultad.

También se puede solicitar la digitalización de una parte o totalidad de un tomo o un legajo de los que están a disposición, o fotografiar (sin flash) los documentos que se consultan.

Cuenta Jorge Berrueta que, cuando se quitó la custodia al Estado sobre el Archivo del Libertador, en 1999, se rompió el empastado de los tomos del Registro Público y se arrancaron de cuajo los documentos firmados por Simón Bolívar. Se sustituyeron los folios arrancados por fotocopias, pero no se dejó un acta como constancia del procedimiento y el destino del documento original. Para Berrueta no era necesario someter a la documentación a tal maltrato. Aunque es valedero el criterio de reunir toda la documentación de Bolívar, piensa que se hizo de una manera equivocada.

En el Archivo se toman las medidas de conservación para disminuir el deterioro de la documentación por el paso del tiempo. Existe un control de lo que ingresa y egresa de la bóveda, y se lleva un registro de los respectivos chequeos de temperatura y humedad relativa de la documentación.

Alejandro Zambrano, responsable del tratamiento archivístico, comenta que las instituciones miden su documentación por kilómetros lineales, lo que consumen en espacio físico. Casi 7 kilómetros alcanza el AGN, modesto si se compara con el México, que mide 25 kilómetros, y el de Cuba, que tiene 40 kilómetros.

El proceso de digitalización demora dependiendo del estado en que se encuentre el original, si existen notas marginales o si sus folios están escritos en el margen de empastado, lo que exigiría mayor manipulación. En media jornada de trabajo se pueden digitalizar 250 a 300 imágenes si no hay contratiempos. El cúmulo de imágenes digitalizadas se almacenan en un servidor y también es respaldado en CD.

La digitalización cumple con los parámetros internacionales y las imágenes deben pasar por control de calidad. Luego, se convierten en un formato que no permite adulteración.

T/Florángel Gómez
F/Alexis Torrealba