El Gobierno de Argentina presentará oficialmente ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) la protesta que hizo llegar a Londres el sábado pasado, ante la pretensión inglesa de ejecutar maniobras militares en las ocupadas islas Malvinas, cuya soberanía es reclamada por la nación suramericana.
Así lo informó el embajador de Argentina ante la ONU, Jorge Argüello, quien precisó: «Le vamos a pedir al secretario general (de la ONU-Ban Ki Moom) que distribuya entre los miembros de la organización una copia de la protesta, para dejar constancia de esta nueva violación de las resoluciones de Naciones Unidas».
Es por ello, que amparándose en la resolución de ONU que manifiesta que Gran Bretaña no puede negarse a negociar diplomáticamente la soberanía de las islas, denuncia que la nación europea «no puede otorgar unilateralmente permisos de pesca en las aguas de conflicto, no puede explorar o explotar minerales o petróleo en territorio en disputa, ni realizar ejercicios misilísticos en las áreas en conflicto», lo cual estaría violando nuevamente con las últimas acciones anunciadas.
Argüello, enfatizó además, la necesidad de «alertar sobre los ejercicios misilísticos que se van a realizar desde territorio argentino y que van a caer en aguas o en territorio argentino, hasta que no se dilucide en la ONU el fondo de la cuestión, sobre la soberanía de las islas», razón por la cual, insistió: «Nadie puede decir que el territorio argentino es algo distinto de las Islas Malvinas».
Sin embargo, el embajador reiteró la propuesta del Gobierno argentino de buscar una salida negociada al conflicto territorial.
«Vamos a insistir en la tarea que ya le encomendó el pleno de la asamblea general de la ONU, que es que lleve adelante esta gestión de buenos oficios orientada a la apertura de la negociación bilateral sobre la soberanía«, indicó el diplomático.
Por último, el diplomático recordó el planteamiento de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien llegó a decir en una asamblea general de la institución multilateral: «Resulta imperioso democratizar la ONU y eliminar el derecho de veto en el marco del Consejo de Seguridad, que permite a cinco países, entre ellos Gran Bretaña, vetar lo que decide el resto de la comunidad internacional».