Por Martín Marcou| Argentina en retroceso (Opinión)

Año 2016, en Mar del Plata, ciudad de veraneo por excelencia en la costa argentina, los círculos rojos y cruces esvásticas invaden paredes de casas particulares, paredones y árboles. Intimidaciones en forma personal y a través de las redes sociales a activistas e integrantes de organizaciones que defienden los derechos de las minorías sexuales o antifascistas, están a la orden del día. Pero esto no queda ahí, desde un tiempo a esta parte se han registrado, solamente en esta pintoresca ciudad, más de 30 agresiones físicas de consideración, que incluyen golpizas tremendas cometidas por distintas organizaciones neonazis a jóvenes de la comunidad gay de esta ciudad, que lamentablemente terminan hospitalizados.

Estos graves delitos se extienden a lo ancho y largo de todo el país, y en mayor o menor medida se ramifican creando una extensa y apabullante red de crímenes cometidos con impunidad, que toman como motivación la discriminación no solo por orientación sexual, sino también por cuestiones étnicas, religiosas o ideológicas.

Las denuncias se multiplican, los poderes del Estado miran para otro lado, las autoridades políticas no advierten la crisis social relacionada con la estampida de la violencia, y el fascismo en un Estado democrático se vigoriza todos los días.

El 13 de noviembre del 2015 la República Argentina suscribió la Resolución de la Tercera Comisión de la Asamblea de las Naciones Unidas para combatir la glorificación del nazismo, neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia.

El documento surgió como respuesta a la proliferación en muchas partes del mundo de diversos partidos políticos, movimientos y grupos extremistas, incluidos los grupos neonazis y de cabezas rapadas, y de movimientos e ideologías racistas extremistas.

En el Informe se enumeraron 31 hechos, que van desde la promoción del antisemitismo y el odio racial y de clase, el atentado contra el monumento Memoria-Verdad-Justicia emplazado en la Base Naval de Mar del Plata, excentro clandestino de detención, y distintas agresiones físicas o verbales contra la organización H.I.J.O.S, la comunidad boliviana, y terribles golpizas contra dirigentes de la comunidad homosexual o grupos anarquistas.

Así estamos desde el 10 de diciembre de 2015 y por primera vez en la historia de nuestro país un Gobierno conservador y de derecha, comandado por Mauricio Macri, se instaló y en menos de tres meses viene dando sobradas muestras de que su gestión es una rémora, un lamentable residuo de lo más abyecto de la dictadura y el menemismo, resaca de un neoliberalismo mercantilista y marketinero sin espíritu, sin propuestas efectivas, sin ninguna contemplación por la justicia social y/o la inclusión, en el que darle la espalda a parte de la ciudadanía es su propuesta.

Gobierno para unos pocos, los más necesitados no entran en la órbita de su agenda que privilegia a banqueros y gerentes de multinacionales que vuelven a enquistarse en el poder, incluso ocupando cargos de relevancia, esa es la triste ecuación.

La arremetida de grupos neonazis es una de las expresiones de lo que puede venir de ahora en adelante y convertirse en tendencia. Lejos estamos de querer expresar una posición tremendista, pero habrá que estar atentos, no acostumbrarnos ni naturalizar estos episodios. Hay que denunciar estos delitos, hacer valer nuestros derechos, que siempre están primero y deberían ser prioridad absoluta. ¡No vamos a permitir ningún retroceso!

rompiendolanorma@gmail.com

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Bueno a esa parte engañada del pueblo hermano de argentina que voto por un cambio ahí lo tienen un cambio pero para atrás ósea el propio fraude por que para atrás no es cambio es volver a una etapa que ya se había superado espero que esos engañados abran los ojos y hagan algo para revertir el daño que este señor macroi les está causando a toda argentina y que esto sirva como ejemplo al resto de Latinoamérica para que se den cuenta que los partidos derechistas son más de lo mismo de siempre hambre y miseria para los pueblos dile no al capitalismo salvaje neoliberal