Arma de guerra es el afro

TEMÁTICA

IDENTIDAD/AFROS

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Era el principio de 2013 cuando Kathleen Cleaver, expantera negra, en una colaboración para esta página nos decía que durante la era del Black is Beautiful, por allá por los años 60, el “afro” llegó a convertirse en el estilo de peinado preferido entre la juventud negra estadounidense. Era nuestro estilo natural que se popularizó con el nombre de “afro”, señalaba.

MALA COSA LA DEL PEINE

Precisamente por su tendencia al espiral, nuestro cabello no cede fácilmente a los estirones de un peine, cuyo fin es el de obligar las hebras de cabello a ordenarse en línea recta. Duele… el peine se convierte en instrumento de tortura.

Desde la óptica de las mentalidades conservadoras, para no hablar de gente de mente colonizada, el afro no es un peinado. Peinada o no, para ellos está una despeinada, desgreñada, despelucada.

Durante la infancia el “problema” de los varones se resuelve pasándoles la cero-cero, afeitándolos “coco pelado”, pero nosotras sufrimos persecuciones para desenredarnos la tomuza y tejernos unos moñitos… Cuando ya no es posible atraparnos pasan a ¡Arréglate ese pelo! ¡Acomódate esa cabeza! Cualquier imprecación edulcorada que a final de cuentas significa: ¡Péinate! A veces usan la ironía… ¿Desde cuándo no te pasas un peine por esa cabeza? Y en momentos de real tirantez: “Tienes esa cabeza como una gallina grifa”.

Nunca pregunté qué era una gallina grifa, con solo verme al espejo el significante conseguía su significado, y el término figurado se hacía literal en mi cabeza. El mensaje llegaba. Para mí, que todo lo buscaba en el diccionario, estaba claro que la gallina grifa tiene el plumaje alborotado. Y empezaban a caerme simpáticas las gallinitas grifas…

Para las susodichas mentes, el afro es agresivo, es signo de rebeldía y por ello debe controlarse, domesticarse, aplacarse, alisarse… peinarse. Ah, y no falta quienes lo consideren expresión de falta de higiene. Para algunas no basta con desenredarlo sino que van mas allá en esa molestia con respecto al cabello ensortijado, aplicando diversos potingues químicos para estirarlo.

Los resultados son, generalmente, espantosos. No porque una persona negra no deba tener el pelo liso, las hay, sino por el acartonado aspecto del cabello sometido a esos procesos, aparte de las posibles quemaduras y la absorción de quién sabe qué elementos a través del cuero cabelludo.

En algunos pueblos negros hablan de escarmenar la cabeza, refiriéndose al hecho de sentarse la mamá o la abuela a desenredar el cabello de una niña.

AL QUE LE GUSTE BIEN Y AL QUE NO TAMBIÉN

Pero como todo es según el color del cristal con que se mire, a través del lente de una persona negra orgullosa de sí misma, el afro es un peinado, un estilo que se lleva no solo en la cabeza sino también en la mente y en el espíritu. El afro es audaz, atrevido y sí, rebelde, ¿por qué no?

“No hay desriz / Me di cuenta que pa’ qué / Si yo no nací así / El hombre que me quiere me acepta como soy / Llevo el afro en la sangre a donde quiera que voy

“Mi naturaleza rompe patrón de belleza / No me vengan con que pa’ lucir más fina /Hay que plancharse la cabeza pa’ verse más femenina / Óyeme no, nananina

“Mis códigos determinan / Yéndose por encima de todos esos esquemas / Se encaracola mi pelo y es postura ante la vida / Una doctrina que consolida esta imagen que te vengo dando / Conmigo duermen mas de cuatrocientos años

“Soñando con el ‘hasta cuándo’ / El procedimiento te estira el pelo lo hace mentiroso / Opacando lo que naturalmente es hermoso /Entonces pa arriba los pelos / Que crezcan los drelox / Al que le guste bien y al que no también (…)”

Son todas las Magia López quienes retan con su poesía y su canto.

EL AFRO COMO ARMA POLÍTICA

Ver a Emma Ortega, María León y Carolys Pérez en la Asamblea Nacional Constituyente (que es La Asamblea) es demasiado en estética. ¡Mayor atrevimiento! El afro como señal de empoderamiento y desafío. El afro político.

Emma irreductible con su cabeza de crisantemo siempre incluyendo en su discurso a afros e indígenas. Carolys al frente, imposible no verla, siempre en defensa de nuestra alegría y “debatiendo en clave constituyente”. María, la mas clarita, asumida afrodescendiente desde siempre, es un hecho público y comunicacional. En diversos escenarios nos ha contado de su bisabuela esclava. En diversos escenarios reclama la mención o inclusión, según el caso, de las y los afrodescendientes. En diversos escenarios se la escucha hablar de cómo adoptó el afro que luce campante: “cuando Angela Davis se dejó aquel afro así… ¡yo mas nunca me desricé el cabello!

Dejar tu postura en las redes, se convierte en un acto de provocación: “Me fue legada una peineta de afro y es la primera vez que uso una peineta de alambre con puño de madera, el arte de mantener el afro redondo y darle una atención constante me lleva a la época de lucha de Alí Primera, La Chiche Manaure, Argelia Laya y los tiempos revolucionarios de Angela Davis y las Panteras Negras”.

Son todas las Irene Echenique quienes salen al paso con su fotografía y su verbo.

¡Ríndete, D’Agostino que estás rodeada!

T / Beatriz Aiffil
baiffil@gmail.com
I/ Edgar Vargas
Caracas