Armando Galarraga: «He sido afortunado al no haber sido afortunado»

Una errónea sentencia cuando faltaba un out lo sacó de los libros de récords… pero lo metió en un Corvette ZR1 plateado

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El auto deportivo sigue estando en la cochera de Armando Galarraga, un Corvette ZR1 de color plata casi en perfectas condiciones, 10 años después de que el venezolano estuvo a punto de lanzar un juego perfecto el 2 de junio de 2010: “Lo manejo muy poco… De hecho, mi padre, creo yo, lo conduce más que yo”.

Cuando Chevrolet quiso recompensar a Galarraga por el deportivismo que exhibió después de la marcación errada del umpire de la inicial Jim Joyce, introdujeron un Corvette de color rojo al terreno de juego para regalárselo al siguiente día. Le ofrecieron un Corvette del color de su preferencia. Galarraga tenía la mirada puesta en un ZR1, que cuesta el doble del modelo estándar, y se ofreció a pagar la diferencia.

Diez años después, el auto deportivo sigue funcionando. Las lecciones de Galarraga y Joyce también siguen vigentes. Estas podrían ser más importantes ahora que cuando Joyce hizo la marcación que le negó a Galarraga un juego perfecto.

Es la empatía de dos personas sobre el mismo terreno de juego con trasfondos diferentes. Joyce al darse cuenta de que su decisión en la primera base tras un roletazo de Jason Donald en la novena entrada, era incorrecta, se sentía afligido porque Galarraga no obtendría el juego perfecto. Galarraga, al ver cómo a Joyce se le salían las lágrimas después del partido y de nuevo en el plato cuando intercambiaron los lineups al día siguiente, entendió su devastación emocional.

“Después de que todo pasó, lo fui a ver a su casillero. [El entonces gerente general] Dave Dombrowski me dijo que Jim Joyce seguía devastado. Vi a una persona que todavía se sentía terrible. Estaba cabizbajo y dijo que lo sentía mucho. Me puse en sus zapatos”, contó Galarraga a Jason Beck de MLB.com.

ERRAR ES DE HUMANOS

“Estaba tratando de pensar en cómo podemos enfocarnos en la solución y no en el problema. No culpemos a nadie. Tienes que entender: No echemos a perder una carrera de 25 años por un error. Todos cometemos errores. Entiendo lo profesional que él es. Los jugadores lo respetan bastante, toda esa fuerza que él tuvo, toda esta experiencia. Tenía mucha presión sobre sus hombros. Y en esa posición, para mí todo era flores, para él todo era negativo. Mucha gente hizo bastantes comentarios negativos… Hicimos clic en ese momento. No sabíamos en ese momento todo lo que esto iba a originar”, reflexionó el expitcher derecho.

Es la razón por la que una blanqueada de un hit ante Cleveland acapara más atención en la historia que la que un juego perfecto tendría. Es la razón de por qué el juego, por mucho el mejor de las 91 aperturas de Galarraga en las Mayores, fue programado para transmitirlo en su 10° aniversario el martes, a partir de las 9 am ET por MLB Network y posteriormente a las 12 pm ET por MLB.com y tigers.com.

Y también es la razón por la que personas como Galarraga, el extimonel de Detroit Jim Leyland y muchas más han estado recibiendo llamadas y mensajes de texto por más de dos semanas acerca de este partido. Leyland, quien dirigió a Leones del Caracas y fue botado en la LVBP, acotó: “Se ha hablado mucho de este juego”.

“Aprovecho esta oportunidad porque para mí es una semana para ser famoso. Y después de eso, soy una persona como cualquier otra”, expresó Galarraga.

La especulación sobre si MLB podría tomar acción se dio casi inmediatamente después del juego, pero fue reprimida al día siguiente. Y ha pasado una década.

“No puedes hacerlo”, exclamó Leyland la semana pasada. “Es desafortunado que haya pasado. Pero no se puede cambiar. Eso generaría un problema bastante grande [con todas las marcaciones erróneas previas en la historia de Grandes Ligas]”, agregó.

IMPROBABLE

Habría sido el primer juego perfecto en la historia de Tigres, y el primero de parte de un lanzador nacido en Venezuela, un honor que Félix Hernández logró por Marineros dos años después. También habría sido la segunda menor cantidad de lanzamientos realizados entre los 20 juegos perfectos en los cuales los conteos de pitcheo estuvieron disponibles; el roletazo de Donald llegó ante el 83er ofrecimiento de Galarraga.

También habría sido el juego perfecto menos probable de todos. Galarraga había lanzado seis innings perfectos versus los Reales en 2008 antes de ceder un imparable, pero abrió la temporada del 2010 en AAA Toledo. Regresó a la rotación de Detroit esa noche del 2 de junio después de que Dontrelle Willis fue canjeado.

De paso, hubo momentos en que se pudo perder. Uno fue cuando Miguel Cabrera tomó de frente y sin moverse una línea potente con par de outs en la primera entrada. Otra fue con dos outs en el quinto, cuando un candente roletazo pegó en una de sus piernas y rebotó fuerte hacia el tercera base, que sacó hasta cómodo el out en primera. Y la última fue sin outs en el noveno, cuando el jardinero central Al Jackson, de espaldas al plato tomó una línea con el guante estirado hasta el máximo.

Y luego vendría el batazo repetido más de un millón de veces en video: un rodado entre primera y segunda, que el inicialista «Miggy» tomó a mitad de camino hacia la intermedia, pero con el tiempo suficiente para soltar bien la bola hacia Galarraga, quien entró con suficiente tiempo en la primera, tocándola y sacando el out que vio todo el mundo… menos Joyce. Decretó un quieto que hasta el bateador Donald se agarró el casco mostrando su sorpresa, tal como el pitcher, jugadores de ambas novenas, fanaticada de Detroit y los televidentes que vieron ese «histórico» momento.

Aun así, un juego perfecto no habría sido tan celebrado hoy en día como lo ha sido su blanqueada de un hit: “Definitivamente, no. Acaparamos más atención con la forma en que manejamos las cosas. Diez años después, parece que fue ayer. Es algo que te hace pensar cuando te retiras, ¿de qué manera contribuiste al beisbol? Y para mí, creo que es una buena prueba. No soy un jugador que haya pasado 10 años en Grandes Ligas. No soy un jugador que fuera a muchos Juegos de Estrellas”.

Galarraga no lanzó en Detroit por mucho tiempo más. El venezolano brindó algunas joyas de pitcheo más esa temporada, incluyendo siete entradas en blanco y ocho ponches de nuevo contra los Indios en agosto. Pero su codo derecho, el cual había sido sometido a una cirugía Tommy John años atrás, comenzó a molestarle de nuevo.

Los felinos lo cambiaron ese invierno a Arizona. Después de 13 aperturas por los D-backs y en Triple-A Reno, Galarraga no aguantó más las molestias en el codo y se sometió a una operación para removerle fragmentos de hueso. Cuando regresó, su velocidad había mermado.

Tras cinco aperturas por los Astros en 2012, breves estadías en Triple-A con Rojos y Rockies en 2013, en las ligas de Taiwán en el 2014 y de México en 2015, Galarraga decidió retirarse: “Estaba tratando de cambiar mi forma de lanzar, tratando de mejorar… pero el problema era cómo me sentía al día siguiente. Un día después de lanzar, ni siquiera podía mover mi codo”.

Ha decidido hacer las paces con su codo, al igual que las hizo con Joyce. Los recuerdos perduran en la mente de Galarraga. Tiene el auto deportivo y los otros obsequios. Tiene ese juego. Y todavía tiene una lección que enseñar: “Cuando te comunicas, cuando no culpas a nadie por lo sucedido. Busca la solución, no el problema. Esa es la belleza de esta historia. La belleza es no hablar de más. Ambos tratamos de dar lo mejor de nosotros. Cuando di mis entrevistas, nos respaldamos uno al otro. Y esa es la razón de por qué esta historia es más valiosa que el propio juego perfecto. He sido afortunado al no haber sido afortunado”.

T/ Redacción CO
F/ Archivo CO
Caracas