Este miércoles comenzó la Gran Cumbre Mapuche con el objetivo de «revisar y hacer valer los tratados de autodeterminación mapuche, la desmilitarización del territorio y avanzar hacia un nuevo pacto social entre los mapuche y el Estado».
La tensión en la Araucanía chilena ha aumentado en las últimas semanas tras una nueva ola de incendios, ataques y asesinatos que han sido utilizados por el gobierno de Sebastián Piñera para amenazar con la puesta en marcha de la ley antiterrorista.
Se tiene previsto que al mediodía lleguen a la Araucanía los gobernadores de las provincias Malleco y Cautín, designados por el Gobierno Nacional como observadores de la gran asamblea indígena.
El nuevo detonante que agudizó el conflicto en esta localidad fue el asesinato del matrimonio Luchsinger-MacKay el pasado 4 de enero, durante el incendio de su propiedad en la comuna de Vilcún.
«Es la razón de la cumbre. Ahí hablaremos estas cosas. Los hechos se están investigando y no opinaremos de forma subjetiva. Queremos paz firme y duradera. No puede continuar la intolerancia ni la violación de derechos humanos», afirmó el vocero del Consejo de Todas las Tierras, Aukan Huilacaman.
Huilacaman advirtió que «el código penal (chileno) es suficiente. Estos actos, según el derecho internacional, no son terrorismo» y acusó a La Moneda de tratar de generar «temor hacia las comunidades (mapuches) y extender culpabilidadades».