Dos israelíes, un médico y un técnico de laboratorio, fueron detenidos el martes en Bucarest, la capital de Rumania, acusados de estar involucrados en la venta de óvulos de mujeres locales a parejas israelíes.
Este tráfico ilegal se descubrió durante una operación de las fuerzas rumanas en una clínica de fertilidad en Bucarest, donde la policía local sospechaba que expertos israelíes recibían grandes ganancias provenientes de negocios ilícitos.
Según la policía local de Bucarest, esta clínica contrata a mujeres y niñas que permiten el retiro de sus óvulos para luego utilizarlos en los tratamientos de fertilidad.
Durante esta investigación, también se evidenció que los israelíes sacaban los óvulos de mujeres rumanas, entre 18 y 30 años de edad, a cambio de un pago de 600 a 800 euros.
Posteriormente, las células reproductoras eran vendidas a las mujeres israelíes que visitaban Rumania para realizarse una inseminación artificial por un precio de entre 3000 a 4000 euros.
En 2012, también cuatro médicos israelíes fueron condenados en Bucarest por tráfico de órganos de mujeres.
La ley israelí no permite a las mujeres donar o vender sus óvulos, por lo que el proceso se lleva a cabo en clínicas privadas de fertilidad en países como Rumania, Ucrania, Chipre y España.