La inauguración será esta noche, a las 7:00 pm, en la Alianza Francesa de Chacaíto|La artista Morela Avilán muestra sus paisajes emocionales en la exposición Sonata en Sol

Sonata en Sol, la más reciente propuesta de la artista plástica Morela Avilán compuesta por 16 acrílicos sobre tela en pequeño formato, será inaugurada esta noche, a las 7:00 pm, en la Alianza Francesa de Chacaíto, en Caracas, donde permanecerá disponible al público hasta el 1° de octubre de este año.

En esta exposición la artista experimenta por segunda oportunidad con el plano reducido, específicamente esta vez con lienzos de 50 X 50 y 60 X 90 centímetros. Formatos reducidos y cuadrados que a decir de la creadora, acostumbrada a grandes superficies, significan un reto para su expresividad plástica, marcada especialmente por un lenguaje en el cual intervienen la fuerza del gesto y los elementos simbólicos que en un cuadro más pequeño debe necesariamente replantear, para ajustarlos a una semántica diferente.

En un juego con el color, la luz y la perspectiva, Morela Avilán toma como base su inspiración de siempre, la naturaleza, para reflejar en códigos plásticos “el paisaje interior que todos tenemos”, incluyendo los cambios emocionales o los tempi (plural de tempo) que puede contener en el ámbito musical una sonata.

En un texto preparado para la exposición, el curador Gabriel Guevara refiere que “la producción de Morela Avilán permite mantener, en un discurso visual pictórico, referentes naturales que nos conectan con el culto a la contemplación de lo íntimo, pues en ella hay elementos que podrían referirse a una expresión cromática generada desde lo más profundo de la mente, tránsitos oníricos para cada pincelada desplegada en una saturación de esfuerzos emocionales”.

LA VISIÓN DE UN PÁJARO

En Sonata en Sol Morela Avilán intentó representar la visión de un pájaro al vuelo que se introduce en un ángulo de 45°, a toda velocidad, en un campo de flores, de caña de azúcar o en la copa de un árbol. Con esta visión de un animal que simboliza la libertad, combinado con una amplia y juguetona paleta de colores dispuesta en función de interpretar la luminosidad del Caribe más que las figuras envueltas por ella, la artista pretende crear un puente con la interioridad del espectador y estimular una reflexión introspectiva.

“La idea es que la gente reflexione, que se acerque al cuadro y se detenga, se meta dentro de las pinturas y piense qué le refiere cada obra. La intención es que la obra funcione como un espejo para que el espectador se convierta en creador de su propio paisaje interior. Y eso es parte de la función social del artista”, contó Avilán en conversación con el Correo del Orinoco.

NATURALEZA CARAQUEÑA

En la serie donde los cuadros un poco más grandes marcan los tempi, la artista interpreta la luz del Caribe, específicamente la caraqueña, en distintos momentos del día desde la mañana hasta la noche, en los meses de enero a marzo, “cuando la luz es más brillante”, acotó.

Por otra parte, en estas piezas está representada la diversidad propia de la vegetación que crece en la capital venezolana: los árboles de apamates, las acacias, los araguaneyes y los cariaquitos que se pueden encontrar en las calles y jardines de la parroquia San Pedro, donde vive Morela Avilán.

El color, comentó la artista, en esta propuesta expositiva está vinculada tanto a los cambios emocionales como a la temporalidad. En este sentido, la hemorragia cromática busca representar también esa diversidad lumínica que caracteriza a nuestra ubicación geográfica vinculada a las sensibilidades humanas.

“Me considero colorista. Creo que si vienes del Caribe es importante entender cómo se descompone la luz en todo ese colorido. Hace años en el Museo de Bellas Artes (MBA) vi una exposición de artistas holandeses que vinieron a Venezuela a finales del siglo XIX. Ellos pintaron Puerto Cabello como si pintaban cualquier paisaje de su país, con marrones, sepias, grises y azules. Ellos estaban pintando su paisaje, estaban acá pero se trajeron su paisaje de allá. Eso lo lleva uno adentro”, mencionó la creadora a manera de ejemplo.

RETO SUPERADO

Aun cuando en esta serie de Sonata al sol representó un reto que obligó a la artista a trabajar más en el color y en la perspectiva en función de crear movimiento, se aprecia igualmente el coprotagonismo de la gestualidad del trazo, que coquetea con el puntillismo, resultante del uso directo de la paleta, en lugar del pincel, o una combinación de ambos instrumentos.

“Para mi trabajar en estos pequeños formatos es más exigente desde el puto de vista de la expresión. Acá me veo obligada a trabajar más el color y el movimiento. La forma cuadrada en un plano reducido limita la posibilidad de contar un cuento y entonces hay que replantear las cosas para que la lectura no se convierta en algo estático”, explicó.

En esta oportunidad las obras de Morela Avilán estarán a la venta para el público interesado, a unos precios que oscilan entre los 20 mil y 25 mil bolívares.

T/ Luis Jesús González Cova
gonzalez-l@correodelorinoco.gob.ve
F/ María Isabel Batista
Caracas