Este sábado murieron 8 personas en el tercer día de enfrentamientos entre manifestantes opositores y soldados, en la capital de Tailandia, Bangkok. El primer ministro dijo que no renunciará y defendió la represión militar de las protestas, que ha dejado 25 víctimas fatales civiles en las últimos 48 horas.
Otras 180 personas entre soldados y civiles resultaron heridas desde el jueves, en el centro de Bangkok donde los opositores, llamados Camisas Rojas, acampan desde el inicio de sus protestas, hace poco más dos meses.
En sus primeras declaraciones públicas desde que recrudeció la violencia, el premier Abhisit Vejjajiva defendió hoy la actuación del Ejército, “no podemos retroceder porque estamos haciendo cosas que benefician a todo el país», dijo Abhisit, quien la semana pasada retiró una oferta de adelantar las elecciones para el mes noviembre.
El ejército levantó barricadas en un intento por sitiar y aislar la zona donde se encuentran los manifestantes. Los Camisas Rojas dicen que el gobierno es ilegítimo porque llegó al poder a través de la manipulación de la Justicia.
La crisis es la más prolongada de Tailandia en décadas, pese a que el país ha sufrido 18 golpes de Estado desde que se convirtió en una monarquía constitucional en 1932. La embajada de Estados Unidos aconsejó hoy evitar todo viaje a Bangkok y autorizó la evacuación del personal no esencial de su sede diplomática.
La ONU apeló a gobierno y manifestantes a la calma. Como ayer y parte del jueves, el centro de Bangkok quedó hoy convertido literalmente en una zona de guerra, con enfrentamientos en las márgenes norte y sur de la zona del campamento opositor.