Pasado, presente y futuro | Así nació la Revolución (Opinión)

Hoy se cumplen 23 años del natalicio de la Revolución Bolivariana, que irrumpe en la historia patria ante la tiranía gubernamental, la corrupción institucional, la debacle económica, la pobreza generalizada, entre otro cúmulo de desgracias producto de la ingobernabilidad adeca de uno de los más corruptos presidentes que ha tenido Venezuela, Carlos Andrés Pérez.

Nace con aquella asonada castrense liderada por nuestro rebelde comandante Hugo Chávez, con la anuencia de un reducido número de movimientos sociales, a propósito de conmemorarse un aniversario más del nacimiento del mariscal Antonio José de Sucre.

Al día siguiente (4-02-1992), luego de que “…los objetivos que se plantearon no fueron logrados en la ciudad capital”, el líder de la Operación Zamora dio frente a las cámaras su “Mensaje Bolivariano”, transformándose así en el discurso más corto con que se ha iniciado una campaña electoral (su primera), en donde, más allá de asumir responsablemente el hecho insurreccional, estaba sembrando la esperanza de cambio en el sentir popular, o sea, la operación no había fracasado del todo.

Con el inicio de este “Febrero Rebelde” es propicio recordarle al pueblo venezolano, a pesar de las dificultades por las que nos está haciendo transitar esta derecha esquizofrénica en sociedad con algunos “funcionarios” traidores, que la fuerza colectiva de los sectores populares siempre triunfa. Por lo tanto, ellos no podrán, y nuestra conciencia no sucumbirá ante su aberrante manipulación, ¡los derrotaremos!

Somos nosotros, el pueblo soberano, quienes ponemos y quitamos gobiernos, no la burguesía.

En virtud de su aniversario, el mayor regalo que podemos darle a nuestra Revolución, y en honor a los caídos, es que transformemos lo que haya que transformarse. Las políticas medulares no pueden postergarse más. Debemos acelerar la marcha y terminar de “…enrumbar al país hacia un destino mejor…”.

Es por ello, que cada vez que confrontemos al asesino y explotador sistema capitalista con nuestra alternativa socialista, estaremos eternizando la Operación Zamora; cada vez que luchemos contra la hegemonía imperialista estadounidense a través de la integración latinoamericana y caribeña, estaremos inmortalizando a cada uno de esos mártires; y cada vez que nos opongamos a la corrupción institucional, a la pobreza, al desempleo, a la delincuencia, etc., estaremos reviviendo ese 4 de febrero.

¡Viva el Día de la Dignidad Nacional!

T / Héctor Abache