Por el empleo de mercurio en labores mineras|Asocian muerte de niños colombianos con contaminación de río Atrato

Expertos colombianos alertaron sobre el riesgo de contaminación del río Atrato por el empleo de mercurio en labores mineras, práctica que asocian con la muerte de 34 niños en esa región del océano Pacífico, reseñó este miércoles el diario El Espectador.

Según la inspección realizada por orden de la Corte Constitucional, la población del departamento del Chocó sufre los efectos de peligrosas prácticas de minería, pues gran parte de los lugareños consume el agua del torrente de manera directa.

Los investigadores aseguran que el vertimiento de mercurio durante las faenas extractivas en la cuenca del río es uno de los factores contaminantes y perjudiciales para la salud humana, debido a que muchos pobladores dependen de esa fuente hídrica para su subsistencia.

De acuerdo con los testimonios recolectados la crisis ambiental deja secuelas dramáticas en esa demarcación, con un presumible saldo de más una treintena de pequeños fallecidos, entre indígenas y afrodescendientes, subrayó el alto tribunal, citado por el rotativo de circulación nacional.

Las pesquisas revelaron, además, daños provocados por tareas forestales en la zona, uno de los departamentos más pobres de Colombia, castigado adicionalmente por el largo conflicto armado interno.

Con mayoría de afrocolombianos (82,1 por ciento), la localidad del noroeste del país es el espacio natural de las culturas aborígenes Emberá y Wounaan, esos últimos llamados por los conquistadores españoles como Los Chocoes.

Los blancos y mestizos representan allí sólo el cinco por ciento del total de los pobladores.

El Espectador añadió que la Corte Constitucional solicitó apoyo a la representación de Naciones Unidas en Colombia para ahondar las indagaciones en el lugar y proteger a sus habitantes.

Importante arteria fluvial, el río Atrato forma parte del Chocó biogeográfico, considerada el área con mayor diversidad biológica del planeta y una de las más lluviosas, de ahí el alto caudal que muestra.

Texto/ Prensa Latina/El Espectador
F/ Archivo