Los candidatos presidenciales en Estados Unidos gastaron este año dos mil 170 millones de dólares, según un estudio publicado por el Centro por la Integridad Pública, que empleó datos aportados por la Comisión Federal Electoral.
La investigación, publicada la víspera, confirmó que el presidente electo Donald Trump gastó 409 millones de dólares, mientras que su oponente demócrata, Hillary Clinton, casi el doble (769 millones).
Del resto de los aspirantes presidenciales, el senador Bernie Sanders usó 232 millones de dólares en su campaña, y el congresista de origen cubano Ted Cruz, 161 millones.
La lista de gastos incluye al exgobernador de Florida, Jeb Bush, que corrió en las primarias republicanas con un gasto de 154 millones de dólares, y el senador Marco Rubio -también de origen cubano-, con 111 millones.
Según el estudio del Centro por la Integridad Pública, Sanders fue el único candidato que no contó con financiamiento de las organizaciones de acción política que se dedican a recaudar fondos para los aspirantes a la Casa Blanca, -SuperPAC-, que responden a grupos de presión.
Entre los candidatos más recaudadores a través de los SuperPAC estuvieron Hillary Clinton (205 millones de dólares), Jeb Bush (122), Donald Trump (89.4), Marco Rubio (76.5), y Ted Cruz (69.3).
También se dieron a conocer importantes donantes a favor del multimillonario neoyorquino, entre los que destacan la Asociación Nacional del Rifle, que defiende los intereses de los fabricantes de armas en Estados Unidos, que gastó 30 millones de dólares en financiar anuncios a favor de la candidatura de Trump.
Otras donaciones relevantes fueron la del magnate de los casinos, Sheldon Adelson, y su esposa, Miriam, que aportaron 20.4 millones de dólares a los SuperPAC en apoyo a la candidatura republicana, mientras que la empresaria Linda McMahon donó 6.2 millones a Trump.
El pasado 7 de diciembre, Trump anunció la designación de McMahon, co-fundadora de la empresa de lucha libre World Wrestling Entertainment (WWE), para integrar su equipo de gobierno como directora de la Administración de Pequeñas Empresas (SBA), un cargo con rango ministerial dentro de la Administración.
Según los cálculos del Centro por la Integridad Pública, a la campaña de Donald Trump le costó 6.5 dólares cada uno de los 62 millones 979 mil votos que obtuvo, frente a los 11.5 dólares que a Clinton le costaron los 65 millones 845 mil votos que ganó en las pasadas elecciones del 8 de noviembre.
A su vez, se supo que en la financiación de su campaña electoral, Trump aportó 66.1 millones de dólares de sus finanzas personales.
Esa cifra es casi 10 veces menor a los 600 millones de dólares que el propio magnate inmobiliario prometió en 2011, cuando aseguró que estaba dispuesto a gastarse 600 millones de dólares de su bolsillo, en caso de decidirse a aspirar a la Casa Blanca.