La explosión a distancia de un coche bomba causó la muerte este jueves de por lo menos 30 personas en el distrito de Sadiya, provincia noroccidental de Irak de Diyala, fronteriza con Irán.
Fuentes autorizadas dijeron que la cantidad de heridos sobrepasa los 40, algunos muy graves.
En Sadiya, una localidad multiétnica en la que residen kurdos y árabes localizada a unos 65 kilómetros al noreste de esta capital, son poco frecuentes los atentados dinamiteros que casi a diario ocurren en la mayoría de las ciudades iraquíes.
El atentado, en un mercado popular a la hora de mayor afluencia de público, puede ser una represalia por la postura de los kurdos residentes en Siria contraria a los grupos armados irregulares que tratan de derrocar al presidente constitucional de ese país, Bachar Al Assad.
La víspera una secuencia de varios atentados dinamiteros en vecindarios de esta capital dejó como saldo 59 muertos y más de un centenar de heridos, según cifras recopiladas en medios oficiales y de portavoces hospitalarios.
Desde el inicio de este año Irak sufre una de las erupciones de violencia más mortíferas desde el conflicto confesional de 2008, en el apogeo de la ocupación militar de Estados Unidos, culminada a principios del año pasado, antes de la cual la violencia comunitaria era desconocida.
En los últimos 11 meses los muertos por la violencia ascienden a casi seis mil sin que haya signos de que el Gobierno del primer ministro Nuri al Maliki tenga la más remota posibilidad de controlar la situación, que tiene al país al borde de la guerra civil.