Asegura el documentalista argentino Oscar Abudará Bini|Atentados del 11-S ayudaron a organizar alianza entre Estados Unidos, Europa e Israel

3000 personas fallecieron en los atentados del 11 de septiembre de 2001

Hace nueve años, el 11 de septiembre de 2001, el mundo se paralizó ante uno de los atentados más impactantes de la historia moderna: dos aviones se estrellaron a plena luz del día contra las torres más altas de la ciudad estadounidense de Nueva York. Ese día murieron 3.000 personas y centenares resultaron heridas. A partir de entonces, el destino de más de un país cambiaría.

El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el entonces presidente George W. Bush, señaló como responsable al grupo talibán Al Qaeda y decidió invadir Afganistán, país en el que aseguraba se encontraba el líder de esa organización, Osama Bin Laden.

Sin embargo, algunos investigadores de distintos países, tienen otras teorías sobre las causas del derrumbe de los edificios.

Thierry Meyssan, Ego Ducrot, Walter Grazziano, Kurt Sonnenfeld, James Fetzer, Judy Wood, Giulietto Chiesa, Andreas von Bülow, Bruno Cardeñosa, Isabel Pisano, Richard Gage, Morgan Reynolds, David Ray Griffin, son sólo algunos de los nombres de quienes ponen en tela de juicio la versión oficial.

EL DERRUMBE

Uno de los cuestionamientos más frecuentes que se ha hecho a la explicación aportada por la Administración Bush, pone en duda que un avión pudiera derrumbar edificios de semejante magnitud.

Entrevistado por el Correo del Orinoco, el investigador y documentalista argentino, Oscar Abudará Bini, advirtió que las 100 columnas de acero de las Torres Gemelas estaban diseñadas para que un impacto de ese calibre produjera un pequeño daño, jamás un derrumbe.

“La nafta no pasa los 800 grados al arder, y la temperatura para fundir el acero es de 1.500. Si una o varias columnas se derritieran se doblarían sobre sí mismas y no se volatilizarían. Si varias columnas se hubieran derretido o debilitado, se habría producido una caída asimétrica y parcial”, explicó.

Pero se produjo un derrumbe simétrico, al unísono y total que, según el investigador, sólo es posible mediante una demolición hecha por profesionales.

“Según el ex presidente Bush, el fuego aflojó las columnas en un piso, éste se cayó sobre el inferior y así sucesivamente. De ser así, la caída habría demorado más de un minuto y medio. La caída real se produjo en 10 segundos, como si todos y cada uno de los pisos no encontraran resistencia. Esto se explicaría por la presencia de explosivos en cada piso”, resaltó.

Otro aspecto que señala Abudará Bini es que en las caídas de edificios, por ejemplo en terremotos, siempre persisten enormes trozos de concreto, sin embargo, de las 300.000 toneladas de concreto de ambos edificios sólo quedó polvo.

La nube de polvillo cubrió Manhattan. Ingenieros como Judy Wood suponen que, además de explosivos convencionales, pudo usarse algún tipo de energía alternativa, para lograr la desagregación molecular del cemento”, sostuvo.

LAS CONSECUENCIAS

Más allá de si el derrumbe se produjo con ayuda de explosivos o no, el investigador argentino sostiene que las consecuencias de los atentados fueron mucho más que 3.000 fallecidos.

“El 11-S posibilitó el dictado de leyes en los Estados Unidos (Acta Patriótica) y en muchos países que permiten caducar de facto todas las garantías constitucionales y gracias a ello detener y torturar a toda persona de cualquier país que se considere sospechoso de terrorismo”, detalló.

Para Abudará Bini, la “Era del Terrorismo” ayudó a organizar una alianza entre los Estados Unidos, Europa, Israel y otras naciones formando un frente común contra la autodeterminación, la democracia y el desarrollo económico independiente de muchas regiones.

¿LA VERDAD?

Muchas teorías han sido puestas en el tapete desde el 11 de septiembre de 2001 sobre la verdad de lo que ese día ocurrió en Nueva York, pero la versión oficial sigue siendo la misma.

“Hay investigadores y movimientos por la verdad en Europa, Latinoamérica y los EEUU a los que para combatirlos se les restringe sustancialmente el acceso a los medios. Es obvio que se teme el lanzamiento de un gran debate internacional sobre el tema”, manifestó el documentalista.

EL PERSEGUIDO

Kurt Sonnenfeld fue el 11 de septiembre de 2001 el documentalista oficial y camarógrafo designado por el gobierno estadounidense para filmar en las Torres Gemelas.

Como testigo directo de la tragedia, el testimonio que recogió con su cámara contradice en varios puntos la versión oficial de lo sucedido.

“Nos piden que creamos que las cuatro cajas negras indestructibles de los dos aviones que se estrellaron contra las torres nunca fueron halladas porque quedaron completamente pulverizadas, pero yo tengo imágenes de ruedas provenientes del tren de aterrizaje que se ven poco dañadas”, aseguró en entrevista con la Red Voltaire.

Sunnenfeld indicó que también pudo registrar que quedaron asientos, pedazos de fuselaje y de una turbina de avión.

Me parece más bien extraño que esos objetos, prácticamente intactos, hayan podido resistir al tipo de destrucción que redujo polvo la mayor parte de las Torres Gemelas”, indicó.

Debido a la persecución política que sufrió Sonnenfeld, quien no entregó la imágenes a a las autoridades estadounidenses, actualmente vive refugiado en Argentina.

Estados Unidos continúa amenazando la integridad de mi familia y pretende burlar la soberanía argentina. Incrementaron su acoso y su agresividad, ‘hackearon’ nuestro sitio web, nos contactan supuestas personas cuyos e-mails provienen en realidad del Departamento de Defensa”, aseguró.

El libro El Perseguido, de su autoría, plasma en sus páginas la experiencia de uno de los miles de afectados por el atentado del 11-S en Nueva York.

T/ Yamila Blanco
F/ Agencias