En los últimos seis años, el consumo de cocaína se disparó en México y el de mariguana aumentó un 50 por ciento, aseguró el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos.
De acuerdo con reportes de prensa publicados hoy, el titular aseguró que pese a las cifras antes mencionadas, México no es de los países más consumidores de drogas en el mundo, al tiempo que el gobierno federal ha destinado unos 166 mil millones de dólares para prevenir las adicciones.
Datos de la Secretaría de Seguridad Pública indican que el valor total del mercado al mayor de drogas ilícitas en México es de 431,6 millones de dólares para el narcotráfico, mientras que los consumidores de drogas gastan alrededor de 431 millones de dólares al año.
«Esto debe de alertarnos, porque la posibilidad de que una persona y particularmente un joven pueda tener acceso a una droga en los últimos 30 años se ha incrementado en un 50 por ciento», precisa el informe de la entidad federal.
Según la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, en la población comprendida entre 12 y 65 años de edad existen 4,8 millones de consumidores de drogas, básicamente mariguana y cocaína, siendo los hombres los más propensos a esta adicción.
En el marco de la Jornada Nacional 2011 de Capacitación a los Conscriptos y Voluntarios del Servicio Militar Nacional para la Prevención de Adicciones, el titular mexicano de salud, señaló que la política antidrogas del país se fortaleció con la constitución del Consejo Nacional contra las Adicciones.
Córdova Villalobos resaltó la creación de 323 centros «Nueva Vida», distribuidos en todo el territorio nacional, los cuales han trabajado con más de cuatro millones de jóvenes en riesgo de caer en adicciones.
También reconoció la labor de las fuerzas armadas de México, cuyos miembros «arriesgan incluso su vida por salvar la vida de los demás, y particularmente, en muchas de estas áreas comprometidas como es el narcotráfico».
El secretario de Salud indicó que como tendencia, los menores de 18 años que consumen alcohol y tabaco son más proclives a iniciarse en el consumo de drogas ilegales, de ahí que los esfuerzos de la familia y de las instituciones se centren en evitar que los jóvenes prueben sustancias prohibidas.