Los cosecheros de tabaco de la provincia de Pinar del Río, mayor productora de la hoja en Cuba, apresuran la siembra para concluir esa fase en la primera decena de enero, anunciaron hoy directivos del sector.
El final del año coincide con la etapa decisiva de la contienda, cuando aumenta el ir y venir de los cultivadores entre las famosas vegas de la zona, tradicionalmente conocida como Vueltabajo.
Con el fin de escalonar el proceso de curación (secado) de las hojas, la solanácea se planta de forma progresiva, aunque en diciembre el laboreo es superior, explicó a Prensa Latina el delegado de la agricultura, Rogelio Iglesias.
El experto comentó que las faenas en las fincas de la región, distante 140 kilómetros al oeste de La Habana, avanzan según el cronograma previsto.
Este occidental territorio, el cual aporta el 70 por ciento de la producción nacional tabacalera, destinó a ese cultivo unas 14 mil 600 hectáreas, superficie similar a la de años precedentes.
Clima y suelos óptimos, junto a la experiencia de los guajiros (agricultores), realzan el prestigio de las cosechas obtenidas aquí, materia prima de excelente calidad para la elaboración de los apetecidos Habanos, insistió.
Defensores de una larga tradición tabacalera, fomentada por inmigrantes canarios, los campesinos pinareños combinan conocimientos ancestrales con el empleo de tecnologías probadas en centros científicos de la isla.
Entre las metodologías extendidas en los campos de la demarcación sobresalen los canteros tecnificados, parcelas enriquecidas con abonos orgánicos y cercanas a las áreas de sembradío.
El uso de la doble hilera en los surcos resulta igualmente beneficioso para los vegueros, al propiciar un incremento considerable de los rendimientos por hectárea, aseguró Iglesias.
Pinar del Río tributa la mayoría de las capas empleadas para vestir los puros cubanos, hechos a mano por diestros torcedores.
Vegas Robaina, un sello que reverencia al legendario labriego Don Alejandro Robaina -fallecido en 2010-, es confeccionado con la materia prima de la finca El Pinar, situada en el municipio de San Luis, en el sur del territorio.
En su terreno, que data de 1845, crece el tabaco de sol y tapado utilizado para moldear las cinco vitolas de esa marca.