El viceministro de Interior Alexandr Gorovoi aseguró hoy que el número de crímenes perpetrados en Rusia durante 2013 bajo los efectos de las drogas creció un 20 por ciento en comparación con el año anterior.
Subrayó el vice titular que esta cifra refleja la continuidad de una tendencia, pues en el último quinquenio se duplicó la cifra de delitos cometidos por personas drogadas.
Unas 130 mil personas están fichadas como drogadictas en Rusia y siete mil de ellos son adolescentes, según la fuente, mientras que estimados de expertos cifran en casi ocho millones el número de narcodependientes en la Federación eurasiática, según RIA-Novosti.
Gorovoi informó durante una mesa redonda en la Duma estatal (cámara baja parlamentaria) que cada año las autoridades rusas decomisan más de 40 toneladas de estupefacientes.
Como parte de la batalla que Rusia lleva a cabo contra el flagelo de la drogadicción, el presidente Vladimir Putin firmó en junio una ley que introduce el test de drogas en las instituciones docentes.
Los alumnos menores de 15 años se someterán a las pruebas con el consentimiento de los padres, y los mayores pueden decidirlo voluntariamente por sí mismos.
Recientes encuestas indican que el 25 por ciento de los rusos de entre 11 y 24 años probaron estupefacientes al menos en una ocasión.
El jefe de la policía en Moscú, Anatoli Yakunin, se sumó en agosto a la campaña antidrogas y ordenó que la totalidad de los efectivos del cuerpo se sometan a un control de uso de sustancias narcóticas y psicotrópicas.
Las pruebas debían concluir en el mes de octubre.
Tras la invasión y ocupación de Afganistán por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, la producción de heroína en ese país y su introducción en Europa, incluida Rusia, se multiplicó, según el general Víctor Ivánov, jefe del Servicio Federal Antinarcóticos.
Cerca de 50 mil personas mueren cada año víctimas de las drogas en Rusia, según reportes del cuerpo especializado en la lucha contra este mal.