Venezuela juega hoy contra un rival ya conocido pero peligroso. La hazaña lograda días atrás contra Paraguay, difícilmente se repita, más con la pérdida de un jugador clave de cara a las semifinales de la Copa América Argentina 2011.
Contra Chile se ganó, no jugando bien, pero si hay algo que tiene el fútbol es que hasta en malos partidos se sacan buenos resultados, una buena lección para un grupito (porque no voy a generalizar) de chilenos que pensó que en Venezuela sólo se hacían novelas. No señores, no sólo hacemos novelas, también tenemos mujeres bellas y, para dolor de ustedes, también sabemos de fútbol.
Pero la victoria contra “La Roja” nos dejó un sabor amargo debido a la pérdida de Tomás Rincón. La bujía de la Vinotinto, ese que corta balones por doquier y que para muchos especialistas es el mejor jugador de la Copa, se perderá las semifinales por el capricho de un árbitro que le sacó una tarjeta roja injusta. No quiero pensar que fue adrede, pero hay que reconocer que el ecuatoriano Carlos Vera se equivocó y nos dejó muy tocados, he ahí la importancia del número 8 venezolano.
Di Giorgi, seguramente el suplente de Rincón en el mediocentro, tendrá una doble misión de cara al juego contra los güaraníes, por un lado suplir con creces la ausencia de “Tomasito” y por otro aguantar el fuerte ataque paraguayo encabezado por Lucas Barrios y el experimentado Nelson Haedo Valdéz.
Pero Venezuela puede ganar, es más, siendo justos, merece ganar el partido para seguir callando las bocas de todos aquellos que nos han menospreciado a lo largo de la Copa y que han catalogado al torneo como mediocre y falto de fútbol.
Para finalizar les dejo un dato especial: de ganar la Vinotinto jugará la final el próximo 24 de julio… Sería el regalo perfecto para nuestro Libertador, levantar la Copa América.