Bolívar rompió los esquemas nuevamente. No quiso esperar 100 años para despertar y este 17 de Diciembre lo escuchamos gritar desde el Caribe con su bandera antiimperialista. Noticias como la de la nueva etapa de la relación entre La Habana y Washington y el anuncio de las FARC-EP de un cese al fuego indefinido representan una gran victoria para todo aquel que se hace llamar bolivariano.
Sin embargo, y sin la menor intención de acabar con la euforia colectiva y la fiesta, el Che nos advirtió de algo que Simón Bolívar y Hubo Chávez también reconocían: La hipocresía y maquiavelidad de la política exterior de Estados Unidos.
¿Soy el único que se pregunta si esta jugada de Obama no tiene como objetivo aplicar el plan de bloqueo silencioso que desde hace casi dos años aplican a nuestra Venezuela? No lo creo.
El imperialismo nos ha enseñado desde siempre su capacidad para vendernos ideales, invadirnos de manera bélica o silenciosa, sabotearnos desde adentro, asesinar a nuestros líderes y matar nuestros sueños.
Confío mucho en la claridad y fortaleza del pueblo cubano y su formación ideológica y sé de las ganas que tienen por demostrarle al mundo el potencial que tienen en materia de desarrollo, desde la labor de sus profesionales, sus científicos, sus campesinos, los mismos que llevan 55 años resistiendo y que lograron entender gracias a un bloqueo criminal que solo siendo productivos, eficientes y honestos resistirían como lo hicieron hasta vencer como lo hicieron.
Hago estas reflexiones en la oportunidad de dejar para su análisis las potencialidades de ese pueblo pero también los peligros que podría representar este anuncio que además debe pasar la dura alcabala de la mayoría republicana en el Senado.
Veamos con cuidado lo que pasará en Cuba. Nosotros que vivimos el bloqueo silencioso de farmacéuticas, líneas aéreas, ensambladoras de vehículos sabemos de los que son capaces los imperialistas.