Por Beatriz Aiffil|Despertares (Opinión)

Es un trabajo cuesta arriba eso de hacer humana la humanidad. Ese despertar de la historia que Alí no vería en su tiempo y que parece una quimera por allá bien, pero bien lejos emite unos destellos tan hermosos que vale la pena luchar por alcanzarla.

De nada vale hablar de paz si no hay una práctica que estimule los valores humanos de justicia y equidad. De nada vale hablar de socialismo si no hay práctica socialista o por lo menos que lo promueva. Qué fácil es comprobar si es coherente nuestra palabra con nuestra acción. Hacernos un autoexamen íntimo y personalísimo. ¿Promuevo el colectivismo? ¿Cómo? ¿Promuevo el respeto, la inclusión, la no discriminación negativa y funesta…? ¿Cómo? Entiendo que, en ocasiones es difícil encontrar el cómo pero desistamos de la hipocresía porque la verdad de quiénes somos se nota en nuestros actos. Lo que hay fuera algunas veces se transparenta dejando ver lo que hay dentro, se nos cae el disfraz y quedamos como el emperador y su traje nuevo. Hay que ayudar a empujar el carro y no solo diciendo. Decir y hacer con coherencia. Dicho y hecho sin trecho que los oponga.

Ayudemos a que sea humana la humanidad. Ayudemos a construir la paz día a día. ¿Tú cómo la construyes? ¿Cómo construyes el socialismo? ¿Qué significa trabajar para el pueblo y con el pueblo? ¿Tengo algo de clasista? ¿Cómo corrijo? ¿Tengo algo de racista? Aquí generalmente la respuesta es no. Un NO rotundo pero… ¿Seguro que no? Si reviso las frases, refranes, bromas y dichos que uso cotidianamente, encuentro sorpresitas y a partir de allí encontraré sorpresotas, comportamientos que tenía instalados como naturales pero que son abiertamente discriminatorios y seguramente no solo en relación a la raza sino también a las religiones, el origen de la gente, el género, la edad, la contextura, el nivel de conocimiento, sus capacidades físicas e intelectuales ¿Qué puedo hacer para cambiar? ¿Qué estoy haciendo para cambiar o para que otros cambien?

A mí me contenta que hay mucha gente honesta de pensamiento, palabra y hecho. Por esa razón no estamos deshumanizados. Me contenta que hay gente que no se desalienta porque su trabajo es de hormiguita y siguen procurando un mundo mejor. Hay que ayudar a la humanidad a ser humana. Los valores que consideramos negativos tienen que pesar siempre menos en la balanza. Y si creemos que la vía es el socialismo pues, seamos socialistas.

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