Por Armando Carías|¡Vacaciones! (Opinión)

Si usted es un papá o una mamá que no se da mala vida con las vacaciones de sus chamos, lo más seguro es que en estas fechas los clave de cabeza en un plan vacacional.

De esos mismos que los ponen a correr y a brincar desde que amanece y hasta que el sol se pone y a gritar hasta que se quedan sin voz, para, al final del día, entregárselos envueltos en tierra y sin energía ni para pedirle la bendición, listos para la ducha y la cama, noqueados hasta la jornada siguiente, cuando los espera una nueva tanda de colchones saltarines, piscinas de pelotas, carritos chocones y un sinfín de actividades «creativas» que a ellos les sacarán la chicha y a usted le vaciarán el bolsillo.

Puede ser, también, que sea usted mucho más práctico y opte por comprarles un paquete de Doritos, un galón de refresco y los entregue a la niñera audiovisual, con su abundante oferta de programas que los convertirán en expertos en asesinatos, violaciones y otras delicias que tendrán al alcance con solo oprimir el control remoto.

Pero yo presumo que si usted se ha tomado el trabajo de comprar este periódico y aterrizar en esta columna debe ser otro tipo de persona y supongo que le dará otro valor al tiempo que tiene para compartir con sus hijos.

Me imagino que habrá planificado una salidita a la playa, un paseíto al campo o a la montaña, un viajecito a ver a los abuelos y, si vive en el interior, una visita a Caracas, que mire que está de lo más bonita.

Son cosas que se me ocurren en este momento, mientras hago maletas y adelanto varias columnas, antes de arrancar para Mérida con Amelie, mi hija menor, y mi esposa, a darle un regalito al cuerpo y al alma y a ligar que nos toque-¡ojalá!-presenciar una nevada de esas que solo se ven una vez en la vida.

¡Chao!

armandocarias@gmail.com