Si algo ha traído consigo la revolución en la miniaturización de los componentes de hardware es el hecho de que en la actualidad los equipos llamados “teléfonos inteligentes” no solo son muchísimo mas potentes, en procesamiento, almacenamiento y funcionamiento en general, que cualquier computadora de hace apenas unos ocho o 10 años sino que de acuerdo a sus costos son verdaderamente asequibles por lo que gran cantidad de personas, poco mas de 1.300 millones en el año 2014 según diversas empresas tecnológicas, tuvieron la posibilidad de adquirir uno.
Esta miniaturización también ofrece la posibilidad de que una enorme variedad de dispositivos electrónicos inteligentes puedan convertirse en equipos que se conecten a la red de internet, lo que se conoce como “el internet de las cosas”.
Todos estos avances han creado un nuevo paradigma, el modelo posPC (PC: computadora personal por sus siglas en inglés) de la interacción de la persona-computador, en el que millones de estos dispositivos inteligentes interconectados de forma inalámbrica entre sí, controlarán y tendrán influencia sobre nuestro entorno procesando información integrados completamente en objetos y actividades cotidianas, adaptándose sin que sean percibidos, a esto es lo que llamamos “computación ubicua”.
La “computación ubicua” es un término acuñado por Mark Weiser, investigador del Laboratorio de Ciencias de Computación de Xerox en Estados Unidos; es la forma como las personas integran las nuevas tecnologías a sus vidas, sin diferenciarlas sino que las toman como si fueran parte la vida cotidiana. Está sustentada en dos bases fundamentales: el sistema distribuido y la computación móvil y que ambos sistemas deben funcionar sobre cuatro cimientos, estos son el uso inteligente de espacios eficaces, invisibilidad, escala local y ocultación de los desniveles de acondicionamiento.
Sin duda alguna la “computación ubicua” rompe definitivamente con los modelos de interacción humano-computador basados en interfaz gráfica de usuario, en menús o a través de la línea de comandos ya que son inadecuados e insuficientes, lo que representa enormes desafíos en el estudio del diseño, la ingeniería y el modelado de sistemas, y en el diseño de la interfaz de usuario. La meta está en desarrollar entornos transparentes, interactivos y prácticos para que de esa manera las personas puedan beneficiarse sin darse cuenta que los están utilizando.